Entre Vallejo y yo
Juan Mauel Oliva, Bayamo. Cuba
Sólo tengo ya la duda y la noche
Dios inerte a la soledad me lanza
y en la tierra no recojo mi labranza
de esos tiempos solo llega ya el reproche
me ha dado una soga y el derroche
de un palo que en mis carnes se abalanza
se hunde tenue, doloroso y la esperanza
taciturna y sin vuelo rompe el broche
de un pacto que se gasta con esmero
aún con miedo, orfandad o luz del día
del misterio y su imagen ya no espero
a un dios muerto que no empuja el velero
no seré más tu olor ni la entropía
ni tendré ya París con aguacero.
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