sábado, 7 de febrero de 2009

LA LIBERTAD SE ESCONDÍA EN UN CARTEL DE CINE

En tiempos de censura, el ingenio es el único camino para vencerla. En la Checoslovaquia comunista, la experimentación artística estaba totalmente vetada. ¿Se rindieron los creadores? No. Buscaron nuevas vías, un nicho para innovar y se refugiaron en los carteles de cine, un género ninguneado por las autoridades.

La Academia de Cine, con la colaboración del Centro Checo de Madrid, les rinde homenaje con la exposición Espacios de libertad: Los carteles de cine checos bajo el telón de acero, un repaso por algunas de sus creaciones más relevantes que tomará su sede madrileña entre el 16 de febrero y el 18 de marzo.

A lo largo de treinta años, entre 1959 y 1989, destacados artistas gráficos aplicaron al cartel cinematográfico las herramientas de expresión más modernas (collages, fotomontajes, extracciones, ensamblajes), inspirándose en el arte pop y la fotografía moderna.

Carteles de cintas españolas como Cría cuervosTristana o El verdugo muestran que los artistas checos no se conformaron con acatar la censura. Ante la imposibilidad de unirse a las vanguardias artísticas sobre el lienzo, volcaron su creatividad en los carteles.

Para el gobierno eran inofensivos, un material perecedero, así que los artistas aprovecharon su indiferencia y su capacidad de conectar con el público. Ante el inexistente mercado del arte y las dificultades para exponer, los carteles de cine pasaron a ser la única posibilidad de mostrar sus creaciones. El ingenio les permitió seguir creando.

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