viernes, 4 de julio de 2008

PELOTERO LA BOLA: EL DUQUE CONFIESA

El Duque dice que se necesita un poco mas de nosotros... incluso, un poco mas allá de nosotros, para resolver el problema de Cuba, que reconoce que es complicado...

Yo no soy traidor. Yo sigo siendo cubano.

ODA A MI GENERACIÓN: LA IMPORTANCIA DE SABER LOS HECHOS

Recuerdos de egotismo
Respuesta a Norge Espinosa Mendoza, de Jorge Ángel Pérez.

Dicen que la memoria se aparece con una cosquillita en el estómago y que trae la sensación, la certeza, de que algo idéntico se ha sentido antes. Así me pasó mientras leía el texto que Norge Espinosa ha hecho circular y que acabo de leer, donde se pregunta si la Cuba rosa tiene ahora otro color. Leyéndolo, debió pasarme algo parecido a lo que sintió Norge cuando estuvo el diecisiete de mayo en el Pabellón Cuba, celebrando el día contra la homofobia. En verdad yo no estuve, no vi a las parejas amarteladas y felices. No participé del encuentro tan ansiado. Pero ahora, al leer sus entusiasmos, sus resquemores, creo que debí estar allí para festejar con mis semejantes. Me vienen a la cabeza muchas cosas, es decir, se me despierta la memoria, que en mi caso es más un mecanismo asociativo que un destello inteligente. No pude evitar, con el avance en la lectura, hacer varios intentos por cambiar el título de Norge. Eso fue lo primero que me sucedió, y era natural. Dividido en cuatro partes, el autor nos relata sus emprendimientos para hacer más tolerable la vida de los diferentes. Con prisa pasa del uno al dos, para mostrar su empeño mayúsculo: las jornadas de arte homoerótico que desarrolló hace algunos años, casi diez, en la Madriguera, y reclama ante el olvido de los que ahora hacen labores semejantes. Recuerdo aquellos días en que un grupo de escritores leyeron poemas donde aparecían mujeres enredadas con mujeres, y hombres, unas veces arrodillados y otras de espaldas a su contrario semejante. Espero que nadie juzgue éticamente esas posiciones, juro que se trata del goce, del placer que mostraban aquellos textos que leímos en aquellas jornadas, hablo de vocaciones, del gusto que tienen algunos hombres por venerar, arrodillados, el sexo de su semejante o recibirlo dentro cuando se está de espaldas. Tales preferencias suelen convertirse en poemas. Y no hubo esa vez solamente escritores, también se pudieron ver muestras de fotografía y de pintura, y vimos también representaciones teatrales, y recuerdo que con el cine nos llegaron unos hombres asiáticos enamorados en Buenos Aires. Realmente fueron jornadas muy hermosas, casi edificantes, sentíamos que algo estaba por cambiar. Y Norge fue el artífice virtuoso de esos días.

El jolgorio no nos permitió recordar otros atisbos ocurridos. Tengo la certeza de que en esos momentos tan festivos, los implicados no se pusieron a hurgar en la memoria, ni quienes llegan a ella por mecanismos asociativos ni los que usan la inteligencia, y quizá no hacía falta, porque cuanto ocurría en La Madriguera era una fiesta. Ahora, sin poder evitarlo, después de leer el texto del poeta, atendiendo a sus reclamos para dar justo lugar a lo que sucedió en aquellas fechas del 1998, 1999 y 2000, asocio el presente con aquel pasado, es decir, convoco a la memoria. Un recuerdo me lleva a otro, y con su movimiento asociativo, a la certeza de que aquellas jornadas a las que asistí, tuvieron también, como todo en la vida, sus antecedentes.

No sé si Norge ya estaba en La Habana en aquellos días del año noventa del pasado siglo, cuando Pedro de Jesús y Osbel Suárez crearon unas jornadas semejantes, con la diferencia de que estas que menciono último, tenían menos recursos y eran casi clandestinas. Como de cultura y sexualidades se trataba, invitaron a varios artistas, reconocidos unos y otros menos, y a estudiantes, y a unos cuantos gays que burlaron la vigilancia de la beca, para subir hasta el piso ocho y ver algún cuadro de Rocío, entonces poco conocida, y algunas fotos de Eduardo Hernández, y creo que también algún collage homoerótico de Raúl Martinez. Las poetas Damaris Calderón y Lina de Feria leyeron textos donde era protagonista el amor entre mujeres.

A todos esos recuerdos se enlaza el momento en que Salvador Redonet vino entusiasmado a mi casa para que los dos fuéramos jurados de un premio de cuento, parte de aquella jornada de F y tercera, y que debía tener como premisa el tratamiento del susodicho tema. Al jurado se unió el narrador Roberto Urías, y los tres, tan semejantes, premiamos un texto excelente, antológico, “La carta”, de Pedro de Jesús, quien no era conocido más allá del desafuero en su gestualidad y en su vestimenta. Telegay, se llamaron otras jornadas, las del piso veintiuno, y sucedieron en el año de mil novecientos noventa y tres, otra vez en F y tercera, de las que, con seguridad, Norge habría opinado que estaban al borde de lo Camp. En este ejercicio memorioso me viene a la mente el evento que se celebró en un aniversario de Ciclón, y por igual el espacio que diera en sus páginas la revista a asuntos ligados al erotismo homosexual. Esto ocurrió, si la memoria no me falla, en mil novecientos noventa y seis.

Sin dudas se excede esta vez el poeta al creer con demasiada ilusión que las jornadas, tanto como su poema “Vestido de novia” y el cuento de Roberto Urías, “¿Por qué llora Leslie Caron?” son el coming out de algo. Creo que debería hacer un fuerte ejercicio de recordación, no importa si a través de las asociaciones o mediante su gran inteligencia. Creo que debe convocar también a la humildad. Si como hasta hoy ha probado que no es solo naturaleza, sino que por igual, es un hombre construido también a partir de la cultura, debe exigirse recordar otros antecedentes y no exclusivamente los que con él se relacionan. Le recomiendo una petit madelaine mojada en te, comprobara que es un buen consejo, un buen recurso, le juro que le ha dado buenos resultados a algunos memoriosos.

Al mencionar, orgullosísimo, “Vestido de novia”, recuerda que cumplió sus veinte años. ¿A cuales veinte años se refiere el poeta? ¿A los que trascurrieron desde que se premió en 1989 con el Premio Caimán Barbudo? ¿A la publicación que hiciera la editorial Capiro en 1992? Supongo que la fiesta de cumpleaños se mide desde el día en que se le ocurrió al poeta comenzar a escribir aquellos versos, desde que imaginó el cuerpo de un muchacho cubierto de encaje blanco, la cabeza con tiara y tul, desde que se empeñó, luego de vestirlo así, en angustiarlo, en ponerlo a llorar, a suplicar respeto, a estereotipar, a estereotipar, a estereotipar, venceremos.

Parece olvidar que hace poco se celebraron los cuarenta años del secuestro y destrucción de Lenguaje de mudos de Delfín Prats, veinte añitos más de los cumplidos por su muchacho que quiere ser muchacha. Supongo que podríamos considerar el libro de Prats un coming out también. Pero si sigue mojando en té los pastelitos, puede que consiga ver a Virgilio Piñera marginado por sus preferencias sexuales o escribiendo Fíchenlo si pueden. Un pastelito más y verá a Lezama Lima con un ejemplar de Paradiso entre sus manos, esa novela que consiguió grandes jornadas de arte homoerótico. Al pobrecito no le dio tiempo, porque la muerte lo impidió, a celebrar los primeros diez años de un evento como ese. Dos o tres sorbos de té y llegarán a su memoria, saliendo de su taza, Ballagas y Severo Sarduy, Reinaldo Arenas y Antón Arrufat, Reinaldo González, Damaris Calderón, Carlos Montenegro con ese monumento que es Hombres sin mujer, y las lecturas que podemos hacer de Julián del Casal o del Alma Rubens de Poveda, Calvert Casey con su relato Plaza Morgana, donde un hombre viaja a través del cuerpo del amante, sin tules ni encajes, a cuerpo limpio. Tome té y aparecerá Nelson Simón, Arleen Regueiro, Pedro de Jesús, Alberto Abreu, Roberto Urías, Mae Roque, Maria Elena Hernández, Julio Mitjans, Safo y Cernuda, Lorca y Noel Castillo, Cavafis. Todos los que él menciona, y muchos de los que olvida, son precursores con sus obras.

Quizá mi memoria no sea demasiado buena, quizá no se convocarla bien, es posible que haya olvidos, pero le recuerdo al poeta, que la mezcolanza de autores de diferentes generaciones, estilos, y hasta geografías, es intencional, sobre todo si trato de negar la preeminencia de cualquier texto sobre otro. No daré ventajas a nadie. Todos han hecho su parte y sufrido lo suyo. Esto no es una carrera de cien metros ni se trata de lanzar la jabalina a mayor distancia. Esto es muchísimo más serio. Antes de aquellas jornadas de La Madriguera están las puestas que hiciera Carlos Díaz de la trilogía de teatro norteamericano, y aunque viniera después, el Pasolini que estrenara Carlos Celdrán con su grupo, es también antecedente del diecisiete de mayo último. Antecedió a esos momentos, la creación del Mejunje en Santa Clara, las lecturas en la Azotea de Reina María.

Y no quiero referirme únicamente a lo que han hecho los escritores y los artistas. Aquí se trata de cultura, y por igual de NATURALEZA. Hay otros antecedentes y precursores, de lo que pasó en el Pabellón Cuba, en los homosexuales quemados en la hoguera y en los cubanos nombrados bijiritas por el imperio español. Referencia, precursores, son los que fueron llevados a las Umap, los que fueron expulsados de las universidades, los que no pudieron ejercer el magisterio, los que se escondieron debajo de la cama para encontrarse con el novio sin ser descubiertos por sus padres, los que decidieron esperar al macho entre el follaje marino de La Playa del Chivo y se entregaron al primero que aparecía porque no tenía otro espacio donde poder socializar. Tampoco tuvo un lugar, y es antecedente, aquel que entró al baño pestilente de un cine para cumplir con su naturaleza, aunque el repudio viniera sobre él, y porque así eran las cosas, tan urgidas, no tuvo un condón a mano y se enfermó, y qué decir de la muchacha que fue llevada a una estación de policía, multada luego, por besar a su novia en una plaza de La Habana Vieja. Qué decir de los que cumplieron cada día con su esencia sin tener virtudes organizativas, sin que tuvieran talento para escribir un poema, un cuento, una novela, ni supo manejar diestro un pincel ni dirigir una cámara, ni le aparecieron dotes para la actuación. Mi reclamo tiene que ver con el travesti que desanda las calles de La Habana, lo mismo el que tiene dinero para comprar regios vestidos que aquel que se conforma con las chancleticas que le prestó su hermana. Mi reverencia es por el que va al malecón y al Payret para ligar, porque el ligue en la ciudad es cada vez más difícil, porque ya no basta con la mirada cómplice, porque ahora hay que mostrar el bolsillo, el anillo, el celular, el pasaporte. ¿Acaso no es un antecedente de lo que sucedió el diecisiete de mayo el cincuentón que no pudo estar en el Pabellón Cuba porque un pinguero le cortó el cuello para robarle? También puede ser un precursor quien jamás leyó a Susan Sontag y se quedó sin entender lo Camp. Y si seguimos por ahí, hasta los miles de heterosexuales que en La Habana lucen un Dolce & Gabbana adornando el torso, fueron adelantados de ese día.

No creo que sea el momento de ponernos a reclamar protagonismo, reclamemos otras cosas, muchas de las que menciona Norge, muy justamente, en su último párrafo, y con las que estoy de acuerdo, pero no la primicia, no el coming out ni la celebración de los veinte años de un poema, que por cierto opera con los mismos estereotipos que le achaca al personaje de Senel Paz. Ese homosexual vestido como lo imaginan los heterosexuales más intolerantes, ese homosexual angustiado y que suplica por un espacio, ese que ruega en lugar de actuar.

Existen múltiples y variadas evidencias en nuestra literatura, que demuestran que ese no es el único camino, no seamos nosotros quienes mostremos el camino del estereotipo, nuestras obras y la vida de muchos, evidencian lo contrario, no pidamos perdón. Si queremos tener el mismo lugar que un heterosexual, podemos, debemos, desacralizar también a los gays; exigir que nos muestren siempre intachables, fieles y amorosos, me parece un desastroso ridículo, un estereotipo. No pensemos en un modelo idílico de homosexual, en un ser intachable, porque no es cierto.

Cuando leí el título del artículo, tuve ganas de aplaudir, pero después de algunas líneas comencé a buscar alguna contraseña que le sirviera de título a mi respuesta. Creí que podía nombrar estas líneas: "El precursor, lo que quiere es que lo miren", y algún que otro lema, pero al final pedí a Stendhal un título prestado y usé la traducción al castellano.

Jorge Ángel Pérez 30 de junio de 2008

1968: Yo viví el Mayo español 1/6

Este es un material realizado por la Sexta, canal de televisión privado español, de ámbito nacional, con una programación generalista.

El documental incluye abundante material de archivo y entrevistas con protagonistas de los acontecimientos ocurridos en la España franquista de 1968.

Esta intención de tratar de contar lo que ocurrió en ese mítico año, puede servir para comprender, mientras nosotros tratamos de hacer algo parecido con nuestra década del 60, cuales fueron las resonancias de todo esa movilización social y cultural.

España, como ya habíamos visto en post anteriores vivió esa liberalización de una manera particular; la que Franco le permitió.

Siempre hemos tenido referencias del mayo francés, de la primavera checoslovaca, pero casi nunca se cuenta que pasó en esos espacios urbanos, donde nadie tomó sus calles en minifaldas.

Entonces veamos como se vive un cambio social desde el inmovilismo. Se aceptan sugerencias.

jueves, 3 de julio de 2008

CINE CUBANO: MARIPOSAS EN EL ANDAMIO


Mariposas en el Andamio (1996) ver

En el post anterior Norge Espinosa mencionó este documental de Bernaza.
Recuerdo que cuando "salió" sin poder exhibirse masivamente, fue acompañado de un gran revuelo.

Fue lo último que hizo el documentalista cubano antes de mudarse a Nueva York , donde murió en el anonimato mas terrible en el 2001.

No sé si ya todo esto que él filmó ha podido salir definitivamente de la sombra...
No sé donde estarán hoy, cada uno de esos jóvenes que aquí cuentan lo duro que ha sido ser como son.
Tampoco sé, cuantas madres lloran en silencio el desprecio de la sociedad por sus hijos...

Creo, que lo más valioso de este documental, es su respeto por esas humildes mujeres, a las cuales sólo les interesa defender ferozmente, incluso en contra de ellas mismas, a sus hijos.

"Uno de los más auténticos documentos filmados en Cuba sobre el tema de la homosexualidad y el transvestismo, rodado en la localidad habanera de La Güinera, donde un grupo de ellos trabaja en un club para los vecinos, bajo los auspicios del Comité de Defensa de la Revolución del barrio. Sus testimonios y los de sus familiares dan cuenta de las dificultades de estas personas para superar un estigma que los marcó en una sociedad machista y cómo lograron su inserción en ella".

Director: Luis Felipe Bernaza y Margaret Gilpin
Tiempo: 74 minutos

ODA A MI GENERACION: ARTE HOMOERÓTICO


¿Otro color para una Cuba rosa?

Norge Espinosa Mendoza

(Este texto se ha desplazado a través de la red de la Escuela de Letras de la Universidad de La Habana)

Parece que en Cuba todo se inicia con la luz de cada mañana. El cubano, atrapado en un ejercicio de recordar que es otra manera del olvido, ha sido una y otra vez víctima de esa ilusión, según la cual determinadas acciones no tuvieron antecedentes. Ahora mismo, cuando se ha desatado el inmenso impacto mediático que tuvo por vez primera en la Isla la celebración del Día Mundial de la Lucha contra La Homofobia, podría creerse que, en efecto, nunca antes hubo gestos en pos de lo que ese día finalmente consiguió: la visibilización y socialización de una comunidad que quiere creerse tal cosa, a pesar de que, para serlo, necesite de algo más que 24 horas de desenfreno libertario. El acontecimiento ha sido, creo que para bien más que para mal, centro de comentarios, noticias, reportajes y discusiones que la prensa ha acogido o no; pero también ha comenzado a cubrir una zona de urgencias que el gay cubano entendía como vedadas. Lo que ocurrió el 17 de mayo (día en el que tradicionalmente se celebra en el país la Jornada del Campesino: ¿qué dirían de esta confluencia Reinaldo Arenas o Samuel Feijóo); es la punta de un iceberg que llevaba demasiado tiempo sumergido. Como también sucede con mucha frecuencia en Cuba, habrá que ver si somos capaces de seguir mostrando otras partes de esa superficie hasta no hace mucho congelada.

2

Entre 1998 y el 2000 organicé las Jornadas de Arte Homoerótico bajo el auspicio de la Asociación Hermanos Saíz, en la Madriguera, sede de esa institución en La Habana. En esas tres ediciones, que me exigieron un agotador empeño personal, pude hacer coincidir a escritores, pintores, teatristas, cineastas, críticos, etc. Un público que regó la noticia a viva voz, contraponiéndose al silencio y terror de los periodistas que se negaron a difundir el hecho en sus espacios, acudió a ese lugar por tres años consecutivos, para escuchar a Antón Arrufat, Pedro de Jesús López, Arlén Regueiro, Frank Padrón, Luciano Castillo, Mirtha Souquet, Víctor Fowler, Ramiro Guerra, Mercedes Borges, o contemplar obras plásticas de Rocío García, Alexis Álvarez, Reynold Campbell, Raúl Martínez, Servando Cabrera Moreno, Lino Fernández, René Peña o Eduardo Hernández. Nada de eso parece haber sucedido, porque apenas se mencionó ese antecedente en la celebración del pasado mayo.

La desmemoria es un buen aliado para algunos, y así, he tenido que escuchar a ciertos personajes apuntarse el supuesto valor de haber sido los iniciadores de este tipo de encuentros mucho después de que aquellas tres jornadas se sucedieran. Tal vez, en lo personal, eso sea lo menos importante. Tal vez, sin embargo, sea algo a considerar con gravedad. Porque lo cierto es que en Cuba, a veces arriesgando más de lo que se cree, hace rato que algunos artistas han apostado por una visión que, desde los extremos del sexo semejante o disidente, incluya los modelos de la homosexualidad en tanto acto posible, junto a todos los otros que, desde una perspectiva de franca inclusividad, componen la imagen de un país que a ratos, a pesar suyo o no, ha debido asumir esas variables de su identidad fragmentada y cada vez menos comprensible desde un margen estrecho de asimilaciones. Las piezas de Raúl Martínez que se mostraron ahora en la Fundación Ludwig de Cuba ya habían sido expuestas en las Jornadas que menciono, gracias a la cortesía infinita de Abelardo Estorino quien nos cedió, además, fragmentos del por entonces aún inédito libro de memorias del destacado pintor, que recorrían los pasillos de varias instituciones sin que ninguna se atreviera aún a editarlo, cosa que no ocurrió sino hasta el pasado año. Y antes fueron expuestas, en vida de Raúl, en Guantánamo, para escándalo de las veladoras de una galería local, mediante los manejos de Jorge Fernández, amigo del pintor que lo convenció de que ya era hora de mostrar esos collages en los que Jeff Stryker era un símbolo de la Conquista, falo inmenso mediante, ante los ojos de la pacatería nacional. O sea, que nada viene de la nada. Me gustaría que fuéramos un poco más elegantes y diplomáticos cuando de fundar se trata. Pasar por alto los riesgos ajenos, el pacto de honestidad que otros han alzado cuando les tocó asumir verdades rdientes, es una costumbre que insistimos por desgracia en mantener viva. He aprendido de mis maestros que reconocer los talentos y atrevimientos ajenos no reduce los nuestros en ningún sentido. Pero ya se sabe, vivimos en un país donde mucha gente tiene el síndrome de Colón.

3

No voy a repetir la historia que ya se sabe; pero un estudioso no se dejaría engañar por el ciclón de turno, y podría afirmar que todo se reorganizó, a la manera de un mapa muy primario, a fines de los 80. Es la época en que se escriben y publican Vestido de novia, y ¿Por qué llora Leslie Caron?: la literatura cubana se plantaba en su coming out, adelantándose sobre el silencio que desde los 60 cayó sobre la expresión de un homosexual cubano.

A diferencia de otros contextos, no contamos con una historia detallada o al menos sistemática que nos permita entender al homosexual en la historia de lo cubano como un rostro menos intermitente. Los gays de aquella Cuba sin duda leyeron la edición mexicana de El Homosexual en Norteamérica, firmada por Donald Wester Cory, que apareció en 1951 bajo el sello de Compañía General de Ediciones S.A. y que en verdad estaba firmado por Edgar Sagarin. O tenían tal vez noticias de asociaciones como la Mattachine Society o Daughters of Bilitis. Difícil saberlo, porque es una de las historias no escritas de la Nación en tanto complementos de sujetos y verdades acalladas. La Revolución no aportó el amplio margen de libertad sexual que los 60 acogieron en sus aristas más intensas, y tras la llegada de los barbudos, ninguna otra melena o extravagancia fue consentida. La ecuación redujo al homosexual al estado de lacra, de enemigo político. Y como tales, fueron anulados de cualquier visibilidad. No hablo solo de artistas tan notables como Virgilio Piñera o José Lezama Lima, de promotores como José Mario, de poetas como Lina de Feria. Hablo de personas, y las recientes declaraciones con las que Guillermo Rodríguez Rivera quiso responderme a partir de un artículo que escribí sobre el defenestrado grupo El Puente, demuestran la actualidad penosa de algunas de las normas que quisieron disminuir y desaparecer a esa clase de ciudadanos.

Pasajes vergonzantes como la UMAP o los insultos propinados durante el éxodo del Mariel no pueden ser borrados ni ignorados, aunque tantas veces se nos quiera hacer creer que a ese pasado no hay que volver los ojos. A mediados de los 80, algo tenía que cambiar. Los homosexuales, junto a rockeros, hippies, reos, prostitutas, y también representantes de otros índices de "desviación", saltaron a las páginas y obras de una nueva moda de entender la rebeldía como arte. Ya no hubo manera de devolverlos a la sombra. Eran un síntoma de la Cuba que se desperezaba.

La onda expansiva que provocó Senel Paz con El lobo, el bosque, el hombre nuevo, de la cual emanó el filme cubano de mayor renombre internacional, Fresa y chocolate; fue un estremecimiento para el cual muchos estratos del país (especialmente los más conservadores), no estaban preparados. Catorce años tardó esa película, nominada al Oscar, ganadora en Berlín, y poseedora de un récord de espectadores sin igual en la Isla, en llegar a las legitimadoras y morosas pantallas de la televisión nacional. Recuerdo las colas, los empujones, los tumultos que en aquel Festival de Cine de 1993 se arremolinaban ante las salas donde se exhibía el largometraje de Titón-Tabío: se corría la voz de que terminado el evento, no se volvería a proyectar. Afortunadamente, era solo una leyenda, y la retrospectiva del cine almodovariano que colmó los espacios de otra edición del mismo Festival, permitió reconocer ya a ciertos rostros que no ocultaban su anhelo de diferencia entre quienes se dirigían a las proyecciones. Homosexuales evidentes, travestis, enfermos de VIH/SIDA, de las edades más diversas, estaban ahí. Se reconocían en el campo de protección que les brindaba un panorama cultural que comenzaba a examinarlos sin trauma. En pleno tiempo de clandestinajes (el Período Especial hacía que cada noche se volviera una aventura de riesgo extremo), estaban ahí, desafiando a la policía, a los órdenes de cualquier rechazo, sin ánimo de retroceder.

Varios documentales dan fe de ese avance. Tierra de altos contrastes, Cuba llegó a prohijar fiestas populares en los años más duros del Período en las que un CDR animaba sus noches de fiesta revolucionaria con los travestis de la barriada, como se muestra en Mariposas en el andamio. En Santa Clara, El Mejunje ya se había convertido en un punto de referencia ineludible. La pandemia del SIDA había obligado al país, incluso a sus sectores menos progresivos, a promover campañas que incluían la visibilidad de otros tabúes y problemas que también a mediados de los 80 empezaron a entreverse como parte de la Campaña de Educación Sexual que coordinaran, entre otros especialistas, Mónica Krause y Celestino Álvarez Lajonchere, antecesores de la actual labor del CENESEX. El clímax se alcanzó en el 95, cuando, tras la celebración en el Teatro América, de la gala final de un concurso de travestismo y transformismo, se dictaminó la prohibición de tales acontecimientos. En 1993 llegan a Cuba los primeros representantes de Queer for Cuba, una agrupación de gays y lesbianas norteamericanos que, guiados por Stephanie Davies, intentaron activar una filial del ILGA en Cuba, infructuosamente. Gracias a un atrevimiento mayúsculo, en 1994 el Desfile del Primero de Mayo de 1994 mostró al pueblo cubano por vez primera la bandera del Arcoiris en una manifestación pública de tal alcance: algo que tampoco ocurrió, por vez primera, el pasado 17 de mayo, y si alguien lo duda, puedo remitirlo a las imágenes finales de Gay Cuba, un bien intencionado aunque no siempre contundente documental de Sonja deVries. Curiosamente, a fines de esa década, se vieron más actores que nunca asumiendo roles femeninos en la televisión cubana, siempre dentro del riesgoso ámbito del humorismo. Ulises Toirac como Liudmila, Osvaldo Doimeadiós como la insuperable Margot, y otros que se añaden a una lista que incluye a la zafia Mariconchi de Orlando Manrufo, subrayaban el sentido transgresor de lo que Carlos Díaz o José Milián y Nelson Dorr, en el teatro, ya combinaban con mayor o menor éxito. Almodóvar calificó a Fresa y chocolate como una película "demasiado amable". El sobrevalorado, aunque importante filme, más allá de las especulaciones excesivas de Rufo Caballero (quien desde su crítica ya quería cubrir de Oscares a Perugorría), había plantado un límite en el que la fisicalidad de los acontecimientos se reducía al verbo y a la amistad: el homosexual cubano había ganado un rostro, pero cargaba con una castidad aberrante. Habría que esperar al 2000 para que otro homosexual cubano dijera, desde las pantallas, el nombre de su deseo. Aunque lo dijera en inglés y recortado contra un paisaje mexicano que remedaba al de la Isla, Reinaldo-Arenas-Javier Bardem lo gritó, antes de que anocheciera.

El eco de lo que el filme de Schnabel desató en Cuba fue inconmesurable, aunque el escándalo, como suele suceder, corriera solo puertas adentro, recordando lo que, en 1984 desencadenó el estreno de Conducta impropia. El filme fue diseccionado, atacado, negado, con el mismo encono con el que el autor de las memorias que lo originaban fuera tratado en vida. Reinaldo Arenas es el cadáver más incómodo de la Literatura Cubana. Su grandeza como narrador es directamente proporcional a su capacidad reactiva. Un estudioso de las letras cubanas, también novelista, se preguntaba en un texto de hace unos años, cuándo podríamos leer El color del verano sin el peso de lo político, sin estremecernos ante sus dispositivos rabiosamente colocados en cada página.

La respuesta a esa interrogante vacía es simple: nunca. El día en que podamos leer ese libro indescriptible con tal tranquilidad ya no será más El color del verano, ya Reinaldo Arenas no será el hombre que levantó la venganza a índices de creación insólitos dentro de lo Cubano. Hacernos reconocer que también esa rabia, esa fuerza negadora, esa bomba de tiempo, nos pertenece, es su mejor venganza; dulcificarla o edulcorarla, un acto de inmadurez. Valga para entender eso el golpe en el estómago que representa Seres extravagantes, el brillante documental de Manuel Zayas.

En 1998 se producen, también acontecimientos más o menos liberadores. Víctor Fowler edita La maldición, una historia del placer como conquista, que recoge momentos de la tradición homoerótica en la literatura cubana, que anuncian un libro mayor y mejor, aunque este nunca se vendió en moneda nacional. También hay gestos regresivos, como la edición de Homosexualidad, homosexualismo y ética humanista, de Felipe Pérez Cruz, que se edita en el 99 y tampoco se pone al alcance del lector en moneda nacional, lo cual, teniendo en cuenta su visión estrecha, es digno de agradecer.

Alberto Garrandés, Alberto Abreu, Jesús Jambrina, Alfredo Alonso y Abel Sierra Madera (este último con Del otro lado del espejo, Premio de Ensayo Casa de las Américas 2006, que aún no ha tenido una difusión masiva), van ganando terreno en las ideas que la queer theory ha ido procreando, aunque a su paso la Isla dos de sus mejores representantes, interesados en lo que aportan los creadores de nuestro país, hayan recibido una suerte de ducha fría por parte de altos funcionarios de nuestra Escuela de Letras. Los libros de Daniel Balderston, José Quiroga o Emilio Béjel, por mencionar solo tres nombres de referencia insoslayable, apenas son comentados o leídos acá, donde viven o vivieron escritores que ellos analizan con lucidez: Ena Lucía Portela, Pedro de Jesús, Ana Lidia Vega, Mae Roque, Jorge Ángel Pérez, Abilio Estévez, Francisco Morán, Juan Carlos Valls, José Félix León, etc. Eso pasa en la vida de la cultura. En la vida de la Vida, ¿qué pasaba?

4

En una nación como Cuba ser maricón es algo que exige tener muchos cojones. Más de dos, diría incluso algún travesti de los que se atreve cada noche a hacer sus rondas. La policía es un cuerpo homofóbico que sigue encontrando en el gay una víctima fácil, en la cual descargar siglos de odio a manera de multas y golpes. La inexistencia de lugares donde socializar reduce a ghettos invisibles las trayectorias del homosexual, confinado, junto a otros sectores demasiado "desenfrenados" a deambular de un punto a otro de la ciudad, en riesgo perpetuo de ser encarcelado o penalizado, si bien en la Constitución hace años que el homosexualismo dejó de ser delito. Queda una cláusula, sin embargo, lo suficientemente nebulosa como para dejar las manos sueltas en direcciones no siempre edificantes, casi siempre en contra de las "zonas blandas de la sociedad", según reza una frase lamentable. Las defensas legales del homosexual cubano no existen, de ahí que me parezca aún ridículo el que tantos aspiren a contraer matrimonio o a adoptar, cuando todavía no poseen, en cuanto a derechos civiles, rango de verdaderas personas que puedan demandar, rebatir y lograr vencer al machismo uniformado. Los avances del CENESEX y del Centro de Prevención de ITS/VIH/SIDA han sido, por lo general estrategias persuasivas que decaen ante la violencia de lo que la noche dice como verdad. De esas noches habrá que buscar datos en libros extranjeros, como Machos, maricones y gays, de Ian Lumsden, porque el fondo de investigaciones de esas instituciones rara vez ha alcanzado la luz pública. No es sino hasta muy poco que aparece una revista cubana sobre sexualidad. Pregúntele a un gay cubano que es la Declaración de Montreal, y verá cuán pocos sabrán de lo que está usted hablándole.

Por todo ello, lo sucedido en el Pabellón Cuba el pasado 17 de mayo tuvo consecuencias y resonancias francamente inusitadas y excepcionales. La cautela, prudencia o límites que el CENESEX ha mostrado en sus acciones previas, ha sido catapultada a una visibilidad extraordinaria. Mariela Castro es el centro de ese impulso, y es una mujer francamente inteligente, que a diferencia de lo que sucede en tantos ámbitos no solo políticos de lo cubano, ha sabido esperar. La paciencia no es una costumbre latina, al menos no con frecuencia, pero sí algo que ella ha sabido manejar con elegancia. Tiene sobre sí, como ventaja de doble filo, su árbol genealógico, pero ella ha conseguido transformar ese ramaje en una plataforma de acción que dirige hacia un sector hasta no hace mucho carente de cualquier clase de amparo. Su propia existencia y su fe en esas coordenadas deja a sus enemigos en una postura difícil, que basa sus ataques en la afirmación de que la sexóloga ha dinamizado todo esto por ser la heredera de quien es. Vuelta de la paradoja: si antes nadie defendía a los gays, había motivos de queja; ahora que alguien asume ese rol tan polémico, hay que anularla y regresar a la posición anterior; imagino que Mariela esté consciente de la crisis que cada proyecto suyo genera en quienes la confrontan. Poco a poco, unificando fuerzas, la hija de Vilma y Raúl ha concentrado empeños que le permitieron armar todo lo que en ese día ocurrió en La Habana, y también en Sancti Spíritus, Santa Clara, Santiago de Cuba y Pinar del Río, con mayor o menor suerte organizativa en cada sitio particular. El día en cuestión tuvo mucho de catarsis, probablemente demasiado, pero era un paso que ya se demoraba demasiado y que ya es historia. Los recelos políticos de siempre, dentro y fuera de la Isla, no han dejado de mostrarse. Para nadie es un secreto que ciertos elementos del Partido y la Juventud y otras instancias, pese al apoyo que ellas mismas prodigaron al CENESEX, no miran con buenos ojos tal destape. Se pretexta lo de siempre: "el pueblo no está aún preparado para esto". Me pregunto si al pueblo se le ha preguntado al respecto, si se le preguntó al pueblo si la política que se erigió, cuando el SIDA tuvo su primer brote en Cuba para aislar a los enfermos, fue consultada con la población que veía alejarse a parientes y amigos hacia los sanatorios como dobles condenados a esa forma de la muerte que es la invisibilidad y el silencio.

Ese mismo pueblo acude a ver obras teatrales, plásticas y cinematográficas que abordan el homosexualismo desde hace ya varios años en este país sin agarrarse de las cortinas ni clamar por la sangre de sus mártires ante tal "desafuero". Ese mismo pueblo, también, demostró sin embargo cuán distinto es el asunto si los implicados en esas historias son representantes de sí mismos. Ese fenómeno retardatario que fue la telenovela La otra cara de la luna demostró no sólo la visión estereotipada que tiene la televisión cubana sobre el homosexual o el seropositivo, sino también cuánto hay que hacer aún para que las acciones a favor de esas personas deje ser una simple mirada conmiserativa. Es hora ya de convocar al mejor talento artístico para recordar a todos que un homosexual es antes que todo una persona, y que como tal, más allá de sus gustos, es que debe ser tratado y representado. Pero la televisión, sobre todo en Cuba, es cosa de otro mundo, y no faltan en ella comentaristas bienintencionados que tratan de convencernos de que el gay y la lesbiana son exactamente eso, personas, aunque no iguales a nosotras, y a las que hay que comprender y tolerar, más que asumir a partir de sus propias dignidades. Ese mismo medio de difusión pudo, al fin, transmitir Brokeback Mountain sin que se cayera el mundo al otro día; aunque justo es decir que filmes de esta temática, como Mi vida color de rosa o In the gloaming, ya han ocupado esos espacios con anterioridad. A pesar de que el presentador mande a los niños a dormir antes de hablar a cámara sobre asuntos tan arduos. Que algún día la fiebre de series norteamericanas que invade la cartelera de la TV cubana llegue a incluir temporadas de Queer as Folk o The L Word, es otra cosa. Paciencia, compañeros, ya lo dijo Chan Li Po.

En el Pabellón se habló de acciones contra la transmisión de enfermedades sexuales, se dialogó sobre teatro y homofobia, se organizó una lectura de textos narrativos y poéticos, se presentaron grupos de Teatro Espontáneo. Hubo, a pesar del esfuerzo organizativo, un cierto aire de improvisación inherente a toda primera vez, que no excluyó un determinado concepto del desorden, aunque nunca llegó a rozarse el caos. Me pregunto, por ejemplo, si el espacio abierto y ruidoso donde las personas presentes cumplimentaron su primera necesidad tras tanto silencio: la de socializarse, reconocerse, conocerse y dialogar, era el mejor para los debates y presentaciones, a veces sobre temas muy específicos, que allí se expusieron y que hubieran exigido menos algarabía alrededor. Faltaron nombres importantes y fácilmente localizables en la lectura de escritores, que hubieran debido estar ahí como reconocimiento al compromiso que por años han mantenido con ciertos debates y riesgos. La exposición de Raúl Martínez y Rocío García de la Fundación Ludwig hubiera merecido una galería menos alejada de la mira mayoritaria que conoce o no a esos importantes creadores. La exhibición de materiales fílmicos cubanos sobre el tema pudo ser más destacada y subrayada en todo el programa, aunque esos trabajos, realizados en su mayoría por gente muy joven, han logrado aparecer en eventos y certámenes que, como el propio Festival de Cine Latinoamericano, el Festival de Cine Pobre, la Muestra de Jóvenes Realizadores o el IMAGO, los asumen sin prejuicios, llámense Leo y Julita, Pool with two figures, Ella trabaja y varios más que bien merecen mayor cantidad de espacios para visionaje. Tal y como ha podido tenerlos el mismo espectador cubano para celebrar filmes como Frida, naturaleza viva, Tan de repente, Wilde, Banquete de bodas, El juego de lágrimas, Madame Satá, Priest, G.A.Y, Eduardo II, Nueve reinas, Adiós, mi concubina, XXY, Plata quemada, retrospectivas de Pasolini y Fassbinder, etc. Todo ello, sin embargo, es mejorable, y si se da de nuevo la oportunidad, espero que se convoquen a las personas correspondientes, de acuerdo con sus talentos y verdaderas responsabilidades, y no por estrategias de mera obra de choque, para que la segunda vuelta resulte mejor. Lo más notable del agotador día, en el que ya se sabe cuántas figuras políticas y culturales estuvieron presentes; lo que me llevaré en la memoria, fue la alegría veraz de tantos gays y lesbianas, la emoción con la cual, por fin, sintieron que algo se abría para ellos. Como dije a una periodista extranjera, lo importante sería que el aire de fiesta no tarde un año en repetirse, que el ánimo ahí desatado no se quede en síntoma de mera campaña. Ahora es que debe replantearse todo. La llegada es solamente un punto de partida.

5

En el escenario del Cine Teatro Astral está Mimí la Mejicana. O Chantal, o Imperio, o Estrellita, o Samantha, o Kyria, o Farah, Oriana, Cindy o Alina. Son transformistas de la noche habanera. Algunas están vinculadas al CENESEX, otras se ganan la vida en espacios como la Casa de Rogelio, o la Unión Francesa u otros menos visibles. Varias podrían contar anécdotas sobre el explosivo final del Periquitón, la disco gay clandestina más fabulosa de La Habana, donde un policía abofeteó a Jean Paul Gaultier. Rufo Caballero hablará sobre sus apariciones con ese fervor no menos eruptivo que lo pone al borde de lo camp, leyendo en sus gestos el triunfo conciliatoria entre alteridad y Revolución, mediante una ecuación asombrosa. Para ellas, esta noche es el comienzo de un sueño o el sueño de un comienzo. En ese mismo teatro, rescatado por la Batalla de Ideas y cerrado para acciones que no cuenten con la anuencia de los filtros políticos, ellas doblan canciones de sus ídolos sobre un fondo que es la bandera cubana. Carlos Díaz dirige un espectáculo que las agrupa, por tres horas, y que mantiene al público en sus asientos, devorando cada momento de lo que muchos creyeron imposible: una mezcla de Priscilla, queen of the desert con las Charangas bejucaleñas. En primera fila, están artistas, críticos, funcionarios y Mariela Castro, a quienes las divas de la noche regalan flores con agradecimiento sincero. Vestida con sencillez, que no con galas de revolucionaria de caviar, como dijo alguien con un resentimiento que cancela la posibilidad de otros análisis. La noche del Astral es la culminación de un empeño que debiera mover a unirnos. Sólo que los cubanos, por desgracia, solemos ir muchas veces en una dirección contraria.

A no todo el mundo, dentro de lo que insiste en llamarse una comunidad gay cubana, le agradó la celebración. No falta quien sospeche que todo sea una armazón coyuntural, o el que espera en su casa la disculpa por los maltratos e insultos recibidos. No me asusta reconocer que es comprensible: tanto silencio y desidia se ha acumulado que es difícil drenar ciertas angustias y recuerdos. Lo que no me parece justo es proponer una visión congelada de la historia: veinte años atrás nada de esto sería posible. Los enemigos tradicionales no de Cuba, sino de la Revolución Cubana, parecen removerse con incomodidad al ver que algo que era un arma infaltable en sus ataques comienza a escapársele, y atacan lo sucedido, sin contar con el entusiasmo de la mayoría que sí se presentó en el Pabellón, para hacer el coming out público más inesperado de la historia de la nación cubana. Negarse a dejar atrás lo que por años nos inmovilizó para avanzar a nuevos estadíos que se nos ofrecen, no es nunca una acción aconsejable. Tan paralizante es creer que todo va a ser resuelto por arte de magia en una cuestión tan ardua como esta, como no aceptar que pueden ganarse diálogos y perspectivas renovadoras sobre este y otros asuntos candentes que en la Cuba de ahora mismo exigen ser rediseñados y discutidos a profundidad. Creo francamente que algo se ha avanzado, si bien insisto en que debe aún procurarse una voluntad mancomunada que rebase los alcances en la esfera de la simple campaña de salud o en la persistencia de los mensajes que procuren una tolerancia poco edificante hacia el homosexual. Hasta hoy hemos tenido elementos dispersos que no alcanzaban a ganar una visibilidad que los reestructura como un corpus de ideas y acciones que confirmen la potencialidad de discursos, proyectos, ganancias no solo reivindicativas sino también polémicas que se superen y diseminen nuevas proyecciones tan críticas como regeneradoras. Ahora que la plataforma está abierta, es el momento de proponer otras dimensiones del logro, dinamitando convenciones que hasta el 16 de mayo, 24 horas antes del suceso que provoca estos párrafos, parecían inamovibles.

Me permito, antes del cierre, una mirada ya exclusivamente personal. Hace veinte años firmé un poema que, a la vuelta de estas décadas, ya ha dejado de ser mío para devolvérseme en las memorias y vidas de sus lectores. Confieso, pese a ello, que descreo no solo de las asociaciones que a fuerza de agrupar homosexuales o cualquier otro orden de minorías, acaban implantando un ghetto que se define, a veces inconscientemente, como un ámbito reductor. Confieso mi recelo antes quienes imaginan al gay cubano como copia mecánica de la comunidad gay que en el primer mundo ha terminado por convertirse en una industria que consume cuerpos y estereotipos tan peligrosos o engañosos como los que el mundo heterosexual ha acuñado sobre nosotros durante siglos.

Confieso mis recelos ante el sentido normativo que implican los matrimonios entre personas del mismo sexo, remedo de un ceremonial que el segmento machista y heterosexista ha convertido en uno de sus símbolos más férreos. Confieso mi desconfianza ante la imagen del homosexual como víctima, incapaz de alzarse por sí mismo en defensa de sus derechos y espacios de intercambio orgulloso de ser el cuerpo deseante que es, sin que deban intervenir instituciones formales a protegerlo o justificarlo. Confieso mi incomodidad ante la inveterada costumbre cubana de perder fuerzas en la ejecución de una idea o un proyecto que, una vez anunciado, comienza a desleírse y a perder organicidad. Confieso mi incredulidad ante los escritores, artistas, promotores y demás personas que, tras años de enclosetamiento, quieren aparecer ahora, bajo el golpe coyuntural, como líderes de una causa de la que antes renegaron; así como de los heterosexuales que (por suerte no son todos los casos) ahora parecen sumarse al carro por simple moda. Confieso mi negación rotunda a permitir que el pasado del homosexual en Cuba sea "lavado" mediante maniobras inconsecuentes que eludan la carga de dolor, sacrificio y pérdida que cayó sobre tantos, en busca de una atmósfera edulcorada de lo que no debe dejar de entenderse como un conflicto, aunque podamos ya discutirlo mediante canales progresivos. Confieso mi estado de alerta ante las expresiones que demuestran que, a pesar de lo dicho públicamente, es mucho aún el desdén y la homofobia que operan en los sectores de mayor poder político y civil de lo cubano. Confieso mi escepticismo ante todo esto y más. Pero también dejo claro mi deseo de participar, de estar, de poner mis empeños en el apoyo de una idea que es más que mi propia y exclusiva capacidad para discutirlo todo. Alguna vez, interrogándome sobre las Jornadas de Arte Homoerótico, un escritor cubano me dijo con cierta admiración: "Hay que tener cojones para organizar todo eso". Para mí crear ese espacio, darle cabida en él a otros creadores, cuyo talento fuera conducido con honestidad hacia la defensa de toda dignidad humana, no fue nunca cosa de cojones, sino algo natural que debía hacerse, y que quise y pude hacer. Desde esa naturalidad es que quisiera participar en el proyecto. En un Cuba que aprende otros matices del rosa. En la que ojalá podamos hacer una película no solo amable sobre el tema, sino atrevida, y cuestionadora. En este país en el que ahora mismo otra telenovela, la de turno, ha vuelto a poner, pocos días después del 17 de mayo y del encuentro en las arenas candentes de Mi Cayito, al homosexual como un estereotipo negativo, demostrando que la batalla no ha hecho más que comenzar.

Para muchos de los implicados en estos acontecimientos, lo vivido ha sido emocionante y trascendente. Homosexuales y no homosexuales, seropositivos o no, hombres y mujeres de cualquier generación que se miran ahora mismo en el espejo de lo cubano. Lo conseguido es apenas un primer punto del mapa. Me hubiera gustado pedirles a las estrellas de esa noche en el Astral que, tras los infinitos aplausos que cerraron el espectáculo, no abandonaran sus trajes de luces ni sus maquillajes o pelucas suntuosas, porque esos son sus uniformes de batalla. Y la batalla, insisto, por ellas mismas, por la posibilidad de una y otras Cubas, no ha hecho más que comenzar.

miércoles, 2 de julio de 2008

CINE FRANCÉS

Esta película francesa del 2004 está dirigida por Catherine Breillat.

Ella primero fue una prolifera escritora de literatura erótica.
Después, sus novelas fueron llevadas al cine, siendo ella misma su propia escenarista.
La primera incursión en este sentido, Une vraie jeune fille, aunque filmada en 1976, no será hasta el año 200 que podrá ser exhibida en los cines.

Mientras escribía sus novelas y adaptaba para el cine, en 1972 aparece en un pequeño papel en El último tango en París, de Bernadro Bertolucci.

En 1983 escribe para Fellini el guión de La Nave Va. También escribió el guión de Según Matthieu que ya comentamos en este blog.

En 1988 comienza a dirigir sus propias películas.
Anatomía del Infierno es del 2004 y es su film número 14.
Ya son 16.

El protagonista masculino de Anatomía... es Rocco Siffredi.
Rocco es un famoso actor pornográfico italiano. También es director y productor de películas pornográficas. Es conocido en la industria del porno como EL SEMENTAL ITALIANO, por las medidas de su pene y por su gran resistencia como pareja sexual.

Así de provocadora es la Breillat.

No voy a decir nada más porque la entrevista que les dejo es reveladora.

Una entrevista a Catherine Breillat sobre Anatomie de l'enfer

Kevin Murphy: Un motivo recurrente en tu trabajo son las mujeres envueltas en relaciones con hombres que se rehúsan o que son incapaces de satisfacer sus deseos sexuales. Estoy interesado en por qué la mujer de Anatomía del Infierno recoge a un hombre de un club gay.

Catherine Breillat: Más que por deseo, lo que ella está buscando es su identidad sexual, su “yo”. Para ella, él es una suerte de imagen. No es un club para homosexuales, es un club donde los hombres van juntos, hombres a los que no les gusta la compañía de las mujeres, y hay muchos lugares en el planeta en donde a los hombres no les gustan las mujeres. Es una alegoría.

KM: Puedes hablarnos sobre la relación contractual que se desarrolla entre ellos.

CB: Esencialmente, ella le está pagando a él para observarla en situaciones en las que ella no puede ser observada. Es como la teoría de Pitágoras, que postula que no puedes observar aquello que no es observable. Estamos constantemente observándonos a nosotros mismos y conscientes del hecho de que la sociedad siempre está observándonos, pero la dificultad está en el intento de observarnos a nosotros mismos de una manera diferente de la que estamos acostumbrados por la sociedad. Si no puedes amarte a ti mismo, no puedes amar a nadie. Esta mujer está pagando a este hombre para que sea el primer chico en la Tierra en mirarla a ella. Ellos recrean la primera noche y la primera mujer, como Adán y Eva.

KM: Esto es muy interesante, porque en este film tú invocas mucho la iconografía clásica y religiosa.

CB: Lo hago, y pienso que por esto, no pude encontrar a una actriz que pudiera tener sexo explícito con Rocco Siffredi –ninguna–. Todas se negaron, tal vez porque vivimos en una época muy represiva. El ordenamiento moral está sobre nosotros y de manera dura sobre mí y mi trabajo. Tuve que hacer este film como una pintura sagrada. Tuve que pintar mi Caravaggio.

Este film va a generar una respuesta llena de odio porque es sobre aspectos prohibidos de la religión, más del Judaísmo que del Catolicismo. De hecho, es una versión de la Torá, una ilustración de la sección sobre la mujer. Leí la Torá luego de filmar, y me di cuenta que este pasaje de la Torá es la visión opuesta de este mismo tema, palabra por palabra una ilustración del cuerpo femenino, la menstruación. Es sobre la impureza, sobre la sangre. La mujer en este film representa a Cristo.

KM: La puesta en escena de Anatomía del Infierno es como un sueño, como un espacio figurativo.

CB: Intenté que pareciera un sueño, cargado de significados simbólicos, donde cada cosa que es un símbolo es nuestra verdad pero no es la realidad. Realidad y verdad no son la misma cosa. La verdad es más emblemática de la condición humana, creo. Como en Romance, este film te permite entrar a una nueva dimensión, una que conduce a la fantasía. Cuando hablas sobre sexualidad, siempre estás trabajando en una dimensión fantástica.

KM: Este film, como el primero, Una chica de veras joven, ha sido adaptado de tu propia novela. ¿Cómo trasladas estas representaciones del sexo y los cuerpos, desde la página a la pantalla?

CB: El tema esencial o la idea de la puesta es: un hombre y una mujer sentados en un cuarto. No hay romance. Puedes escribir un guion con cosas como "ella yace en la cama, está extendiendo sus piernas, él está observándola, y está realmente horrible." Tuve que encontrar otro camino para escribir el guion con poesía, una especie de poesía que pudiera ilustrar perfectamente el tema. Por eso escribí el libro Pornocratie, como una forma de dejar fluir el lenguaje poético del guion. La escritura del guion me llevó a la escritura de la literatura. Al final guardé el original del guion, y solo añadí la voz en off y las últimas cinco páginas de mi propio libro. Esto porque la película es casi un film mudo. Todas estas escenas tienen que ser mudas, porque todos esos pasajes líricos y diálogos tienen que ser traducidos a una luz metafórica y metafísica, literalmente traspuestos a una luz cinemática. Cuando ves los grandes films silentes como los de Murnau, te das cuenta de la primacía de la imagen en el film; es la imagen la que es emblemática de lo que de hecho está ocurriendo.

KM: La voz en off es única porque habla tanto por la mujer como por el hombre. ¿De dónde viene y de quién es?

CB: ¡Soy yo! Primero tuve esta extremadamente extensa voz en off a lo largo del film, y mi editora estaba furiosa, y le dije que podía cortar lo que quisiera y mantener solo lo que era necesario. Eso hicimos. Y luego hicimos una prueba de pantalla para cuatro o cinco personas, con la voz en off hablada por Rocco y Amira, y fue bien, pero es mejor cuando soy yo, porque cuando son ellos, se lee como un film psicoanalítico, y yo odio la psicología (risas).

KM: Y además lo hace muy personal, tú tan presente en el film.

CB: Cuando ruedo una película, siempre me proyecto a mí misma en uno de los personajes, ya sea primero en el hombre o en la mujer, y Anatomía del Infierno es la primera película en mi carrera en la que mi voz y mis pensamientos vienen del hombre, no de la mujer. Yo soy el cuerpo de Rocco y solo estoy imperceptiblemente en Amira; ella es como un yo que está muy lejos. Usualmente me identifico con las mujeres, con Ane Parillaud, con Roxane Mesquida, con Anaïs Reboux, con Caroline Ducey. Yo estoy en sus cuerpos. Pero aquí yo ocupo el cuerpo de un hombre, y la mujer es más un ejemplo, como un obelisco o una pintura. Como muchos de mis films, Anatomía del Infierno es un film sobre la iniciación, pero en este caso, es el hombre quien es iniciado.

KM: A despecho de las visiones reduccionistas de tu trabajo como pornografía por los conservadores, es una interesante decisión convocar a Rocco Siffredi dos veces en roles que requieren escenas sexuales explícitas. ¿Es esta una decisión autorreflexiva?

CB: No, pero es un rol muy complicado, y ningún actor francés lo pudo hacer. Rocco actúa con todo su cuerpo y su mente, lo que es una clase de perfección.

KM: El film empieza con una declaración que sirve como descargo de responsabilidades en la que se manifiesta que el cine construye un espacio ficcional y que la actriz es sustituida por un doble en muchas de las escenas.

CB: Esto es porque la actriz requirió por contrato que se dijera que ella no tuvo sexo con Rocco. Escribí especialmente esta introducción en esos términos para ser ambigua con el espectador.

KM: Yo lo leo como un juego tuyo con los censores. Para mí el film es en gran parte una representación del cuerpo como sujeto y objeto a la vez, con close-ups de partes del cuerpo, sus fluidos, su proceso de disolución y desmembramiento, como en los films de Pasolini. Leo esta declaración inicial como una diferenciación entre los actores, esa gente con carreras, y sus cuerpos, que son objetos.

CB: Sí, eso es totalmente cierto. Muchos de los close-ups están encuadrados para que solo veas partes del cuerpo y no puedas decir si son realmente los actores. Y de esto se trata el juego. Cuando pones esa clase de afirmación en la pantalla, cuando dices “El parecido con cualquier persona viva o muerta es pura coincidencia”, estás mintiendo, porque los realizadores siempre toman su inspiración de la vida.

Y filmar Anatomía del Infierno fue una pesadilla.

KM: ¿Cómo?

CB: Días y noches, la gente que de hecho estuvo inmersa en el film no se podía librar de él. Un portugués y muy católico miembro del equipo me dijo que esta película le impedía dormir por las noches. Rocco era demasiado para él. No podía observarlo o separar el Rocco real de la imagen de Rocco. Fue muy difícil, y yo tenía que tener cuidado con mucha gente en el set, porque estábamos afrontando un cierto fundamentalismo, donde mirar el cuerpo de la mujer tal como es realmente asusta a la gente. Creo que el film tendrá una recepción violenta. Estoy segura de que el odio y la furia vendrán del stablishment fundamentalista. Espero que no me asesinen.

KM: ¿Si esas imágenes y temas pueden inspirar semejante odio y miedo, cuál es tu responsabilidad al producirlas?

CB: Creo que los artistas tienen el imperativo de mostrar esas imágenes, porque todas las imágenes de sexo y cuerpos que vemos están dañadas por la perversión. Solo hay un punto de vista sobre el sexo, y es lo pornográfico. Y creo que ese es solamente el punto de vista de una pésima industria y que los artistas tienen la responsabilidad de representar el sexo desde otro punto de vista. Es por eso que yo tengo que dirigir, y lo que debo hacer es mostrar imágenes que no son mostrables.

KM: ¿Cómo una autora, estás creando una nueva clase de cine, un nuevo género?

CB: Este es un film único. Nadie ha hecho lo mismo. Creo que el otro cineasta que está trabajando con esto es David Cronenberg, particularmente en su film eXistenZ (1999), en el que estaba tratando de desafiar y cambiar los códigos estéticos alrededor de la representación del sexo. Cuando tú miras objetos orgánicos, como cuerpos sexuados, te llenas de miedo y vergüenza. Una vez que te has acostumbrado, no hay miedo o vergüenza que experimentar, entonces has cambiado los códigos estéticos y desde ahí has creado una nueva estimación de la moralidad. La estética es moda. Eso es lo que quiero mostrar, como Cronenberg, y por las mismas razones, ya que Cronenberg dijo que hizo eXistenZ luego de pensar acerca del moralismo, la estética, y más que de la sexualidad, del sexo. Creo que la visión del sexo es tan terrible para los puritanos porque el sexo pertenece a la intimidad, y la intimidad pertenece a lo individual, y no es algo que pertenezca al infierno, al miedo colectivo. El Infierno tiene una anatomía, y es el cuerpo de una mujer.

Tomado de Senses of Cinema. Noviembre 2004.(Traducción: Mario Castro)

martes, 1 de julio de 2008

FEMINISMO Y PRÁCTICAS MASTURBADORAS

Foto de Erwin Olaf

Me llamó la atención el título de este post: La primera masturbadora pública.

Pensé que trataría sobre el fragilísimo paso de lo privado a lo público. Sobre esa barrera que está entre lo íntimo y lo indecente.

Cuando terminé de leerlo, me pareció una virulenta crítica al feminismo de los 70, a partir de la masturbación.

No soy feminista y ni sé porque. Tampoco quiero averiguarlo.

Pero no entendí donde está el problema entre la autosatisfacción y la igualdad de derechos.
Se puede ser muy conservadora y estar satisfecha, y viceversa. Creo que actualmente esta es la regla.

Por tanto, no sé por qué pensar que Betty Dodson, porque era feminista era una ridícula activista de la masturbación.

Por M. PÉREZ, J. J. BORRÁS Y X. ZUBIETA (SOITU.ES)

El otro día miraba los libros de la biblioteca del Instituto Espill. Mientras repasaba las distintas estanterías, de repente, como si cobrara vida propia, entre los variados y coloridos lomos sobresalía un libro en particular. Se trataba de 'Sexo para uno', escrito por Betty Dodson. Es la versión castellana adaptada de su obra clásica, 'Liberating Masturbation' ('Masturbación Liberadora'), que la catapultó a la notoriedad estadounidense en la década de los 70.

Entonces la autora era activista feminista y, más concretamente, una defensora de la liberación sexual de la mujer. En 1973 empezó a organizar grupos con el objetivo de que la mujer aprendiera a valorar la belleza de sus genitales . La enseñaba a explorar la variada experiencia del orgasmo al entrenar su destreza masturbatoria.

Betty Dodson publicó 'Self love' (Amor propio) en los 80 y se convirtió en un clásico feminista. En 1992 obtuvo un doctorado en Sexología, y ha publicado varios libros en torno a la masturbación. Como resultado de su trabajo, Betty Dodson en muchas ocasiones ha sido insultada, vituperada y la diana de variados improperios.

En su best-seller, 'Sexo para uno' (Ediciones Temas de Hoy), el mensaje de la autora es inequívoco: "La responsabilidad por la satisfacción sexual está en las manos de cada persona". Esto le ha valido la etiqueta de "primera masturbadora pública en América".

Es una incansable defensora de las prácticas masturbatorias y lleva décadas reivindicando su importancia. Considera que existen muchísimas personas que están muy "verdes" con respecto a la masturbación. Principalmente porque, según ella, en nuestra cultura la masturbación no tiene un valor social o personal. Y pregunta al lector a cuántas personas les produce vergüenza hablar abiertamente sobre sus prácticas masturbatorias.

Afincada en Nueva York, en su afán por promover la masturbación como una práctica sana y saludable, tal y como cuenta en su libro, organizó innumerables talleres de masturbación.

Inicialmente, los talleres sólo estaban dirigidos a mujeres, pero la popularidad que cobraron la llevaron a realizar talleres mixtos. Quizá lo que más resalta del trabajo de la doctora Dodson es su habilidad para enseñar a sus alumnos a sentirse a gusto consigo mismos y con su sexualidad.

Algunas anécdotas relatadas en su libro desprenden un gran sentido del humor, mucha perseverancia, creatividad y hasta cierto excentricismo por parte de la sexóloga.

En la actualidad ella propone: "Organizar un movimiento sexual positivo con millones de activistas que se unan conmigo en barricadas contra la ignorancia sexual. Si eres un amigo del sexo a quien le gustaría expresarlo, empieza hoy mismo disfrutando de sesiones de amor propio sin ningún tipo de culpa ni sintiendo la necesidad de pedir perdón por ello. Hazlo público contando a algunos amigos cuáles son tus técnicas para masturbarte y descríbeles tus mejores orgasmos. Finalmente, compartir la masturbación con otra persona te convierte en activista del renacimiento erótico del milenio".

¿Alguna vez te has masturbado en grupo?
¿Crees que son necesarios este tipo de talleres?
¿Piensas que realmente pueden enseñar a la persona a masturbarse y optimizar su placer?
¿Te puedes imaginar en un taller de masturbación?

PHOTOSHOP AL SERVICIO DE LA PUBLICIDAD

La fotografía digital, los bancos de imagen y las imágenes de dominio público hicieron tambalearse hace unos años el mercado de la fotografía profesional. Hubo reconversión y se cambiaron las pautas de comportamiento. Algunos fotógrafos no han sido capaces de adaptarse a los nuevos modos de trabajo, y sobretodo de negocio. Sin embargo, en su mayoría los buenos fotógrafos han reencontrado su espacio, normalmente a través de la especialización y la excelencia.

En el extremo opuesto, la facilidad con que hoy se puede tomar y retocar una imagen y la difusión que el trabajo tiene a través de la red, ha permitido que jóvenes con talento –y casi siempre con un definido estilo– se conviertan en muy poco tiempo en auténticas referencias.

Un caso especialmente llamativo es el del polaco Andrzej Dragan nacido en 1978. Estudió en Varsovia, y obtuvo becas en Amsterdam, Oxford, y Lisboa. Se doctoró cum laude en física cuántica en 2005. Galardonado por la mejor tésis de física en Polonia por la Sociedad Física Polaca (2001), fue becado por la Fundación Europea de la Ciencia (2001, 2002), por el Comite Nacional de Investigacion Científica (2002, 2003), premiado por Jóvenes Estudiante de la Fundación para la Ciencia Polaca (2003, 2004), obtuvo la beca "Quédate con nosotros" de Polityka, la más importante revista polaca (2004). Realizó conferencias y seminarios en Amsterdam, Cracovia, Glasgow, Minsk, Munich, Oxford, St. Andrews, Varsovia y Tokyo. Es miembro de la secretaría científica del comite organizador de las Olimpiadas Científicas, y actualmente trabaja como profesor adjunto de física en la Universidad de Varsovia.

Además, Andrzej Dragan ha obtenido numerosos premios nacionales e internacionales en concursos de composición musical.

Con un currículum así, cualquier abuela estaría orgullosa. Pero en 2003 decide iniciar su carrera como fotógrafo. Pronto destaca con estilo definido: un hiperrealismo falso, que consigue una estética intrigante con la desaturación de gamas cromáticas, iluminación exquisita y una habilidad para extraer de sus modelos expresión y sensaciones. Su fotografía se puede enmarcar en la estética de lo gótico, y sus retratos pronto son solicitados por las grandes marcas para sus campañas publicitarias y por importantes revistas de moda y actualidad para sus portadas y sus editoriales. Agencias como Brain, DDB, Euro RSCG, JWT, McCann-Erickson, Ogilvy, y clientes como Energizer, Xbox, Amnistía Internacional o Converse han contado con él para sus campañas gráficas.

Sus imágenes para la campaña gráfica de Converse o sus retratos envejecidos de Marilyn, Bruce Lee y Hitler son motivo de admiración y debate en cientos de foros de fotografía.

Pero más allá, en Flickr podemos encontrar "draganizer", un grupo de seguidores que no tienen ningún rubor en reconocer su admiración y la influencia que Andrzej tiene en sus fotografías; a día de hoy cuenta con trescientos ochenta miembros.

Draganizar:Esta técnica se basa en una acción de PhotoShop llamada Draganizer, creada por Sharon Lee Core.

Básicamente la técnica sigue los siguientes pasos:

1.- Abrir la imagen.
2.- Ejecutar la acción Draganizer.
3.- Seleccionar un pincel suave, Opacidad 10-15% y Flujo 65-80%.
4.- Con el Color Frontal Negro aplicar pequeños trazados sobre las zonas que deseamos iluminar.
5.- Disminuir la Saturación de la imagen de un 40-15%.
6.- Aplicar un ajuste de Contraste/Brillo.

lunes, 30 de junio de 2008

ALGUNAS SECUENCIAS MÁGICAS DEL CINE

Tomado de Blog de cine

Jane Monheit and Michael Buble - I Won't Dance

Ella es una gran intérprete.
Él se ha vendido muy bien.
El duo, mesurado.
El concepto VITANGE esta de moda...
y a mi, me gusta...
Mal síntoma

CRITICANDO LA TELE DE MIAMI

Este post de MIAMI TV, desbarata duramente una entrevista echa a Alexis Valdés por El Nuevo Heral.

La original está aquí.

No hay compasión con las imprecisiones del animador. Nada de contemplaciones, ni falsa solidaridad ante la misma situación de exiliados.

Tampoco supe si la intención de quien critica es contribuir a mejorar la tele de Miami o desquitarse viejos agravios.

Ese es un problema que tenemos los cubanos que nos costará mucho trabajo superar.


Alexis Valdés está gozando del mejor momento profesional de su vida, que comenzó hace casi cuatro años, cuando el Sr. Omar Romay lo vio por primera vez en un teatro propiedad de su padre en España y quedó deslumbrado con el "negrito cómico". Desde ese momento, el empresario argentino comenzó a pensar en la posibilidad de traerlo para Miami. Meses después se concretó la primera visita de Valdés, en la que el Sr. Romay quería probar si el comediante era popular, y lo puso en el teatro de Venevisión, en lo que resultó un éxito total de público. Tiempo después, Alexis regresó con “Seguro que yes”, y lo demás, hasta hoy, es más que conocido.

En Cuba, Valdés gozó de gran popularidad, gracias al personaje televisivo de Bandurria y al Cristinito que arrastra hasta hoy como su gran caballo de batalla, pero su labor en el cine es intrascendente. No sólo por lo mala que son las películas, sino porque su trabajo como actor pasa sin penas ni glorias, por culpa de la sobreactuación y la falta de credibilidad.

Después, en España, el éxito le llegó de la mano de “El club de la comedia”; y nuevamente su labor en el cine es para el olvido, aunque tal vez la labor más triste haya sido en “Tatawo”, donde interpretaba un cubano tuerto que había estado en la guerra de Angola-por cierto, ahí conoció a su esposa Paulina Gálvez; una historia que se le repetía, pues había conocido a Jaqueline Arenal en “El siglo de las luces”-, que era una horrible caricatura. De su trabajo como director y guionista en “Un rey en La Habana”, para qué hablar. Y es que el éxito de Alexis Valdés ha sido, y es, como comediante. Tiene un don especial para hacer reír, y sabe aprovecharlo. Es el comediante cubano más completo de la era castrista. Ninguno de los que se fue o se quedó se le equipara.

Miami, a pesar de que es una ciudad que a Alexis no le agrada mucho, le ha permitido construir su mejor momento profesional, no sólo por la calidad de lo que hace, sino por lo que gana.

Pero desmenucemos algunos momentos de la entrevista, para precisar sus respuestas:

1. E.P: ¿Qué significa para ti trabajar en radio en estos momentos?
A.V: No lo tomo como una actividad aparte en mi carrera, sino, más bien, como algo que se desprende del programa de tele.
Miami TeVe: En realidad debió decir: “como algo que tengo que hacer como parte de mi contrato de medio millón, y que se alimenta con las mismas cosas del programa de tele”, aunque bueno, unas preguntas después reconoce que “se parecerán bastante”.

2. E.P: ¿Es un reto personal?
A.V: No, no lo he asumido así. Es algo que quiero hacer sin presión estresante, sin tomármelo como una batalla ni como que quisiera conquistar nada…
Miami TeVe: Quizás no fue honesto, porque fue puesto en ese horario para contrarrestar la fuerza que ha ganado Univisión con el programa “El arañazo”, que conducen Omar Moynelo y Luisa Fernanda. Y esa es una batalla personal del señor Raúl Alarcón en la que han involucrado a Alexis, porque Moynelo dejó a SBS, tras una escaramuza de batalla legal, para irse a Univisión. Y Alexis tiene el reto personal de demostrar que puede ser exitoso en la radio; esto, a pesar de que mientras negociaba su paso a Mega TV luchó por no hacer radio.

Oreja en Mega TV: una fuente de SBS nos hizo llegar una valiosa información: al menos cuatro de los creativos que hoy trabajan con Alexis, conformaban el equipo creativo de Moynelo. ¿Por qué será que con Alexis han brillado y con Moynelo no?

3. E.P: ¿También hay una batalla externa, por el rating con Pellízcame, no?
A.V: No pienso tanto en el rating. Los ratings nuestros están bien, pero de todos modos, por lo general esas mediciones son una estadística bastante inexacta de lo que está pasando: es un muestreo de 3,000 o 4,000 personas, cuando te está viendo medio millón.
Miami TeVe: Alexis miente. Sí piensa en el rating. Es lo primero que pregunta cada mañana. Pero además, hace bien en pensar mucho en el rating. Eso no es ningún delito. De eso depende su permanencia profesional en Miami, ya que en España casi no se acuerdan de él. No gana nada con tratar de minimizar a la competencia con una frase tan vacía e hipócrita como esa. Por demás, todos en Mega piensan en el rating de Alexis, porque de eso depende que se sostenga el canal. Mientras mejor le va a Alexis, mejor le va a los demás. Se cae Alexis y se cae el canal. Por eso lo contrataron.

Además, Alexis no está informado. El muestreo de Nielsen, para la medición del hispanic, es de sólo 1,500 personas, aunque la base fundamental de la medición diaria, ni siquiera llega a 300 personas. Por lo tanto, el público que lo ve, no es de medio millón. Ese es, casi todo el público hispano que ve la televisión en español en el sur de la Florida. Para que esté al tanto de la realidad, desde aquí le informo que el punto de rating sólo significa 25 mil personas mirándolo, lo que quiere decir que cuando alcance 10 puntos, apenas lo estarán viendo 250 mil personas.


4. E.P: ¿Has ganado mucho dinero con el traspaso de América TeVe a Mega TV?
A.V: No. En Mega me pagan el mismo dinero que me ofrecía Romay; cambié por creer que iba a trabajar con más tranquilidad y en una empresa con mayor alcance.
Miami TeVe: Es verdad. Gana lo mismo, el problema es que Romay le igualó la oferta después que sintió que perdía a Alexis, y luego de que Mega le hizo la oferta. Lo de la tranquilidad significa más que hacer lo que le da la gana. Significa propiedad intelectual de sus personajes, algo que Romay le había arrebatado. Y es una de las razones de la demanda que el empresario argentino tiene establecida contra Valdés, El Pible y Fernández Larrea, porque cree que los personajes creados en "Seguro que yes", y que ya han hecho su aparición en Mega TV, como el fronterizo y el abogado de oficio-aunque ahora le quitaron el oficio-, le pertenecen.

Y también significa más tranquilidad, porque en América TeVe se enfrascó en una guerra personal con el productor Cáceres Manso, que provocó que lo humillaran bastante, e incluso que le intentaran quitar el horario de las nueve de la noche. Si no pudieron, fue porque lo tenía por contrato.

Oreja en el 41: alguien cercano a Marcelo Soldano, el hombre que administra el dinero en el canal 41, me comentó que el Sr. Romay había ordenado, desde hacía tiempo, que dejaran de mandarle el cheque, por el pago como creativos del 41, a El Pible y Fernández Larrea, porque algunos de los cheques devueltos por estos se habían perdido en el correo, ¿o será en el bolsillo de Soldano?

Y en otro orden de nimiedades, escuché una grabación de una reunión reciente del Sr. Omar Romay con algunos de sus trabajadores, donde los exhortaba a no pensar en el dinero, a no pedir aumentos salariales, y a trabajar por amor a la empresa, como si fueran todos una familia. Esto mientras él gana millones.

Para finalizar la entrevista, Alexis Valdés dice tonterías que sólo reflejan su ego descomunal. Cosas como que él es buen actor, y que no ha visto el programa de Carlos porque va a la misma hora que el de él.

Nuestro punto de vista, sobre que es buen actor, ya quedó esclarecido, y sobre el hecho de que no ha visto el programa de Carlos, sólo hay tres variantes:

1. Lo ha visto, pero no lo reconoce para evitar opinar.
2. Lo ha visto, pero dice que muy poco, y que eso no es suficiente, para así poder ningunear a la competencia.
3. No lo ha visto, y eso sólo evidencia su soberbia y estupidez, porque si algo tiene que hacer uno es ver la competencia.

Aunque es evidente que ahora que estuvo repitiendo lo vio y bastante, porque de no ser así no hubiera podido contraatacarlo con el sarcasmo que lo hizo.

En esta entrevista con Alexis Valdés, la falta de oficio periodístico de Erwin Pérez le permite al entrevistado decir muchas mentiras y verdades a medias, sin ser cuestionado, pero sobre todo, permite a los lectores aguzados descubrir que detrás del comediante talentoso hay un hombre con muchos complejos e inseguridades.

Esperen en una próxima entrega, el análisis de la entrevista con Carlos Otero.

RETABLO DE CINE CUBANO



Existen (ver) (Cuba, 2005, bn y color, 21 min.)

Sinopsis: La mirada de varios de los locos más ilustres de La Habana y sus "reflexiones".

Acerca del Director: Esteban García Insausti (La Habana, 24 de noviembre de 1971).

Bueno, les tengo que confesar que los datos que encontré de Esteban aminoraron un tanto el favorable impacto del documental.

Una cosa es, exaltarse ante el hallazgo de un documental interesante, que va mas allá de la simple crónica social en que han convertido al género los nuevos realizadores cubanos, y otra es... lo otro.

La obra de Esteban es la que mejor puede y debe hablar de su talento, que sí creo que tiene.

El resto puede incluso ir en su contra, porque le puede restar credibilidad. En fin, hablar de que irrumpió en la ¡Industria?! del cine en Cuba... o de la existencia de una escuela publicitaria... o que su obra ha sido exibida y premiada en los más importantes festivales nacionales e internacionale es un poco rimbombante, por no decir impreciso. Porque después ,cuando uno lee cuales son esos festivales se da cuenta que ¡no hay que exagerar! Y no voy a comentar los premios; a veces es mejor ni tenerlos.

Sí. Y claro que estoy de acuerdo: al "César lo que es del César". Pero también "A Dios lo que es de Dios"

Y más me preocupé al leer que una obra de Esteban había sido parte de la Selección Oficial de La Quinzaine des Réalisateurs en Canne en el 2001, y no poderlo constatar en los archivos de ese año de la Quinzaine. Puede que haya sido un error involuntario; y si es así, alguien tiene que reclamar entonces. Pero insisto en lo de la credibilidad.

Por otro lado Nicolasito Guillén por ejemplo, de quien también se inspira este joven director, y lo cito, nunca estudió cine, ni fue a ningún festival, ni logró ser institucionalmente master en nada. Y como él, muchos.

Y que conste, no tengo nada en contra de los méritos profesionales de Insausti, ni de la formación académica en general, ni mucho menos de lo jóvenes realizadores cubanos. Lo aclaro para evitar cualquier suspicacia y/o referencia a mi historia familiar.

Por lo pronto disfruten de EXISTEN. Hay un mensaje interesante que pone a jugar la razón social con una espontaneidad aparentemente incoherente.

Erasmo también lo hizo brillantemente en su ELOGIO A LA LOCURA.

CURRÍCULUM DEL DIRECTOR:

Cineasta y graduado de percusión por la ENA. Estudió Dramaturgia en la Escuela Internacional de Cine, Televisión y Video (EICTV) de San Antonio de los Baños.

Licenciado en Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual, en la especialidad de Dirección para cine, radio y televisión. Ha ganado diversos premios, entre ellos a la mejor fotografía por “Documentos” (1996), así como el de mejor documental por “Las manos y el ángel (Tributo a Emiliano Salvador)” (1998) en el festival Imago’98.

Fue uno de los guionistas y directores del largometraje “Tres veces dos” (2004). Otras de sus obras son "La sed de mirar" y "Más de lo mismo" (2000), corto de ficción que fue su tesis en el Instituto Superior de Arte.

Además ha devenido también productor musical y director de arte, y ostenta además varios postgrados en marketing, Dramaturgia, Estética y Semiótica.

Fue reconocido con el titulo de Master en Ciencias del Arte por la municipalidad de Cultura del estado de Mérida.

Ha sido jurado de varios eventos cinematográficos dentro y fuera de su país. Ha impartido Seminarios, Talleres y Conferencias en varias Universidades y escuelas de arte tanto dentro como fuera del país.

Comenzó su carrera profesional en el medio audiovisual a los 19 años como guionista en la Televisión Cubana; se convirtió luego en uno de los primeros realizadores independientes (Sincover producciones), cuya escuela fundamental fue el publicitario (comerciales, spot, trylers) tanto dentro como fuera de Cuba.

Irrumpe dentro de la industria (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos) con su primer cortometraje de ficción Más de lo mismo (Sección oficial Cannes 2001, Quincena de realizadores) y se convierte en uno de los jóvenes talentos de la generación más novel dentro de la industria cubana del cine.

Su obra ha sido premiada y exhibida en los más importantes festivales nacionales e internacionales (E.U.A, Canadá, España, México, Holanda, Italia), conciliando con éxito la opinión de críticos y público.Como cineasta es miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Sociedad General de Autores de España (SGAE). Es miembro además, del Comité ejecutivo del Festival Internacional de Cine Alternativo de México.