Inicialmente, el libro estaba previsto para el 2007. Su publicación se pospuso varias veces, debido a sucesivos retrasos que su autora reconoce. El libro era una biografía de Zinedine Zidane, el francés más popular. Salvo que Zidane no quiere saber nada de una biografía sobre su persona. Y empiezan las amenazas. Besma Lahouri escribe que, desde diciembre de 2007, el agente del ex-jugador le venía aconsejando poner fin a su investigación a cambio de... una simple entrevista. Besma Lahouri es una periodista independiente que está curada de espanto, y sigue adelante.
La obra: no es un libro sensacionalista
Su investigación, iniciada en diciembre de 2006 y concluida en mayo de 2008, recogenumerosos testimonios: ex jugadores (Dugarry, compañeros de equipo de la Juve o el Real Madrid), antiguos entrenadores (Courbis, Marcello Lippi), directivos, agentes y colegas de la prensa deportiva. Es una biografía incisiva, pero desprovista de agresividad, motivada por «la impunidad del cabezazo», dice la autora.
«He querido comprender por qué, en Francia, nadie le ha preguntado francamente por la razón de ese cabezazo a Materrazzi, por qué ha conseguido salir airoso sin explicarse verdaderamente, por qué, haga lo que haga, se le perdona. Por qué Michel Denisot, gran experto futbolístico y ex-presidente de clubes, no le hizo ninguna pregunta directa cuando le entrevistó a los pocos días de la final. Por qué L’Equipe no investigó".
De hecho, esa zona de sombra y esa impunidad disimulan una serie de puntos oscuros que el inconsciente colectivo «le pasa» a Zidane. Poco a poco, Besma Lahouri se irá dando cuenta de que hay una omertá implícita cuando se habla de Zidane, cuando se pide un testimonio: hasta [el polémico jugador] Vikash Dhorasoo se negará a hablar con ella.
Del asunto del cabezazo a los comienzos del jugador, del aspecto sensacional de su carrera a la sencillez contrastada del hombre, de[l barrio marginal de] La Castellane al Real Madrid, de la familia al clan completo, el libro es una investigación ejemplar. Contiene algunas informaciones contundentes sobre la cuestión del dopaje: contraviniéndose el reglamento de la FIFA, a Zidane no se le hicieron controles tras sus expulsiones en las copas del mundo de 1998 y 2006 (por una feliz casualidad, los organizadores se olvidaron...); en el juicio a los jugadores de la Juventus en 2002, su historial clínico estaba incompleto; y otras del mismo pelaje.
Es posible que el periodista especializado no aprenda nada nuevo (porque sabe ya de aquella extraña ausencia, un día del Mundial de 2006...), pero hay que decir, como clama la propia Besma Lahouri: «Sí, lo sabíais, ¡pero no habéis escrito nunca nada al respecto! El lector no ha leído nunca las informaciones que yo proporciono».
Como argumenta Christophe Deloire, autor de «Sexus Politicus» y editor del libro en Flammarion: «Nadie había investigado nunca sobre el tema». Cierto. Y ella lo ha hecho.
Aunque el libro contiene abundante información, no hay revelaciones. No era ésa la intención. «No es una biografía a la anglosajona, no destruye la vida privada», dice el editor. Y es que, naturalmente, aparte de la cuestión económica (poca información) y la del dopaje (estamos servidos), se esperaba que Besma Lahouri entrara en el terreno personal: la historia entre el jugador y la cantante Nadiya (¿Tuvieron un hijo, o no? ¿Hubo relación sentimental, o no?). En ese capítulo, se recoge toda la información sobre las demandas interpuestas contra Marc-Olivier Fogiel (que aireó la relación en su programa) y [la revista] Voici, pero nada más.
«Sobre este asunto, yo sólo podía hablar de los hechos probados, y, sobre todo, de lo que era importante que supiese el público, porque lo demás da igual. Tengo el nombre del paparazzi que fotografió a Nadiva y Zidane, pero me niego a darlo: ya le han puesto precio a su cabeza, y yo no voy a echar más leña al fuego. Que quede claro que no tengo nada contra Zidane, no he hecho una investigación en su contra, solamente he señalado los puntos oscuros".
El marketing: como si el libro fuese un bombazo
Éste es un libro serio que contiene lo que anuncia su título. Sin embargo, la primera lectura resulta decepcionante, pues hay mucha diferencia entre lo que da a entender el marketing y el contenido. Luego uno recapacita, porque el libro es potente, pero queda un regusto amargo.
No es culpa del libro. Se debe a lo que ha pasado antes del libro. A la explotación abusiva del embargo, a una pasada de tira promocional.
Todo empezó el 30 de marzo de 2008, cuando robaron en el domicilio de Deloire y los ladrones se llevaron el ordenador que contenía el manuscrito. Y la cosa siguió cuando robaron también en casa de otra persona, una amiga de la autora que estaba también en posesión del manuscrito.
Desde ese preciso instante, todo el medio futbolístico y la plaza de París, sin que se hayan pronunciado ni el editor ni la autora, claman por la primicia. La investigación sigue abierta. Pero, desde entonces, el libro está apestado.
En mayo, la editorial Flammarion anuncia que el libro saldrá a finales de septiembre. Pero habla de una edición secuestrada hasta tres días antes de la publicación, cuyas pruebas de imprenta aparecen sin embargo en un semanario (será L'Express, ¡que ha encontrado el modo de publicar las páginas más inodoras del libro!). Y anuncia que, como pasa con todos los libros «candentes», la prensa no podrá leerlo antes de la publicación.
Se entra así de lleno en la lógica del rumor. Por descontado. Típico de un lanzamiento a bombo y platillo. Cuando el libro llegó adornado con una tira promocional casi «ellroyana»(«El libro que usted ha estado a punto de no leer jamás»), uno se esperaba que hubiese revelaciones. Pero no. El libro, un documento serio, insisto, no es sensacionalista.
La rémora: una primera impresión distorsionada de la obra
Esta discrepancia entre lo que se anunció y lo que se ha publicado es lo que ha distorsionado un poco la primera impresión que habríamos podido tener de la obra. Ciertamente, no se ha difundido a propósito ningún bulo sobre el libro. Pero, a partir de los desafortunados acontecimientos (los robos), el marketing ha hecho como si el libro fuese un bombazo, y se ha pasado a una estrategia del secreto.
Ningún lector advertirá dicha discrepancia, porque el libro es muy honesto. La rémora está solamente en el mundo editorial y la prensa que lo vive, que lo sigue. Claro. Sobre todo porque el libro, a una semana de su aparición, es un exitazo (tras una tirada inicial de 30.000 ejemplares, el editor anuncia dos tiradas más de 10.000).
Pero todo esto dice mucho de la forma en que se lanzan los libros destinados a convertirse en un acontecimiento. Revela algo que, a la larga, afectará a todos los lectores: hay un mercado subsidiario que se ha entregado a la locura.
Por supuesto, lo que señalamos aquí no es nada nuevo: sobrevalorar un "éxito" es un clásico, sobre todo si es un libro sobre un «famoso». Pero estamos ante un libro que trata de una superestrella que no es un simple famoso, y que no tiene nada de obra sobre las intimidades del famoso. Esa discrepancia, ese enloquecimiento, hablan por sí solos de la falta de serenidad de la que parece haber sido víctima el libro, desde los robos.
Flammarion es una editorial honesta y bien dirigida. Y goza de buena salud financiera, por si fuera poco. Desde hace algún tiempo, la casa ha conseguido sostener el equilibrio entre un alto nivel literario en ficción, un nivel sólido en sus «documentos», y un sutil aderezo de «éxitos» destinados a causar sensación razonablemente (Yasmina Reza el año pasado, Zidane este año, etc.), además de que su sección de libros de bolsillo está en auge (lo explicábamos en un análisis anterior). Y no quisiéramos que Flammarion fuese el motor del enloquecimiento del monstruo del mundo editorial.
Artículo originalmente publicado en el medio digital francés Rue89.
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