domingo, 21 de septiembre de 2008

SI YO HUBIERA SIDO CINEASTA.....

Hubiera hecho este documental....


Como si de una bomba de relojería se tratara, el Yankee Stadium cuenta las horas que le faltan para su final: la demolición. El mítico estadio de béisbol de los Yankees de New York está a punto de cerrar sus puertas para siempre, tras 85 años de ejercicio.Será esta noche, 21 de septimebre 2008, después de que consigan sus últimas carreras ante los Orioles de Baltimore, y frente a los 51.000 aficionados que abarrotarán las gradas.

Aún no existía el Empire State, ni había nacido King Kong para escalarlo, cuando ya se construía, en la calle 161 del Bronx, el Yankee Stadium. Fueron 284 días de intensa actividad que culminaron el 18 de abril de 1923 en su inauguración y en su primera victoria en casa. Babe Ruth sumó tres carreras en el triunfo del equipo local por 4-1 ante los Red Socks de Boston.

Tres cosas se van a salvar del derrumbe: la tierra, el Monument Park y el emblemático friso. Todas ellas formarán parte del nuevo estadio que se estrenará, en el 2009, al otro lado de la calle 161. Será el segundo más caro del mundo, por detrás de Wembley (Inglaterra) y costará 1.300 millones de dólares. Éste es uno de los principales proyectos que lleva a cabo el Bronx en 50 años.

Este estadio ha sido testigo de los 26 títulos de Liga Mundial y de los 37 de Liga Americana.

También ha albergado un mitin de Nelson Mandela, conciertos de Pink Floyd, U2 y Billy Joel, y misas de tres Papas: Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI. 

Fue el primer estadio en instalar un tablero electrónico en 1959 y en poner la pantalla que repite las jugadas en 1976.

Este mismo año se reabrió el estadio, después de gastar 167 millones de dólares en remodelarlo y de estar el equipo de los Yankees durante dos temporadas, el tiempo que duró la obra, bateando en el Shea Stadium.

Muchos aficionados bajarán horas antes del partido de esta noche en la parada St. Yankee Stadium de la línea verde.

Tienen el sitio asignado así que no es para ver mejor el encuentro. La razón es que hay puertas abiertas desde la una hasta las cuatro.

Todo el que quiera podrá pasearse por el campo en el que tantas veces batearon y lograron carreras DiMaggio o Ruth. Será la última vez que los jugadores puedan leer, mientras atraviesan el túnel que conduce al campo, la mítica frase de Joe DiMaggio: “Quiero agradecer al Señor por hacerme un Yankee”

soitu.es por ESTHERUKY

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