miércoles, 25 de junio de 2008

ODA A MI GENERACIÓN: Adrián Morales

Se llama Adrián Morales, nació en La Habana en 1965 y desde 1991 vive en Barcelona, donde el año pasado publicó el libro Hispánico, que reproduce decenas de dibujos, pinturas --muchas hechas sobre cartón--, fotografías e instalaciones suyas preñadas de un barroquismo que delata los excesos de su curiosidad. Durante los 80 se dio a conocer en Cuba como compositor e intérprete de varias canciones incómodas, entre ellas una que el poeta Ramón Fernández Larrea incluía entre los spots de su inolvidable Programa de Ramón, y cuyo estribilllo reza: ``¡Qué desastre, esta hora!''

La canción completa decía eso mismo, pero con una trampa:

``Los hombres se olvidaron de la guerra,
el amor gobierna.
Nadie muere de hambre, no hay fronteras.
Todo azul otra vez,
la tierra de felicidad repleta.
¡Qué desastre
esta hora!, esta hora... si despierto''.

A fines del 2002, graba Un alto en el camino, el tercer disco de lo que él llama ''mi tetralogía de la fuga''.

El primero fue Nómada, que distribuye en España la firma Ventilador Music y puede comprarse en el sitio de internet http://www.ventilador-music.com/ , y el segundo Ruta sobre ruinas, disponible en la compañía miamense Duque Productions ( http://www.duqueproductions.com/), a la que también están asociados el dúo de Carlos y Marta y el trovador Frank Delgado.

Waldy Domínguez, se encargará de producir el cuarto CD de la tetralogía: Pilgrim's souvenir. ''Ese va a ser como como un regreso a la infancia'', indica Morales. ``Estuve coleccionando juguetes, tamborcitos, violincitos de esos que venden en las tiendas de souvenirs y suenan fatal. Hice un instrumento de varias tarjetas postales, de las que traen musiquita de fin de año, de felicitación, etc., todas de un ridículo brutal, tanto que el instrumento nunca afina. Las grabé en varias pistas de sonido, y esas son las que trabajo en plan más profesional con el sample. Es un sonido aleatorio que no se parece a nada. Dentro del disco voy a documentarlo todo. Quiero que sea una burla lúdica''.

Como ya puede adivinarse, la música de Morales puede ser algo complicada desde el punto de vista técnico, con una desafiante mezcla de new age y heavy metal, pero en la médula lleva las inspiraciones del trovador que siempre ha sido y disfruta ser. Su pintura es a menudo igual de críptica, pero detrás de todo eso se esconde un tipo sencillo, cordial y casi tímido que no bebe ni fuma y pasa mucho trabajo para ocultar su pasión por los dulces.

Un alto en el camino tiene precisamente una libérrima versión suya del danzón clásico Son de almendra, en la cual hace una catarsis de insulina política:

¿Por qué la almendra sí y la guayaba no?
No dividas el campo con esa cerca,
no quiero perder media cosecha.
Ahora trago dulces como droga pura
pa' olvidar los caramelos que de niño no tuve.
En mi infancia había política de sobra
cuando queríamos morir comiendo raspadura.
Desde entonces ningún dulce me sacia, ninguna miel calmó mi sed
de nada me sirvió toda esa pegajosa ideología-melcocha.
Las torticas no fueron de Morón
y la masa jamás real;
en la puerta del colegio no hay merengue
y cualquiera sabe quién se queda la pasta''.

¿Qué buscas en esa mezcla de sonidos de instrumentos diferentes, sacados en algunos casos de folclores remotos?

Lo que me interesa mucho a nivel conceptual es no comprometerme. El arte no persigue la obra, sino la libertad. El signo es una forma de equivalencia de la muerte. En vez del signo --que es lo establecido--, prefiero hablar del síntoma, que se manifiesta en estructuras atípicas. Mi música no es sufí, ni electrónica, ni cubana, ni senegalesa, pero tiene elementos de todo eso, de todas esas comunidades eufemísticamente llamadas periféricas. Así me lanzo a disolver el concepto de frontera, de límite.

Y si tanto quieres librarte del compromiso, ¿no te parece que eso que estás diciendo te compromete?

Si me identifico con una versión es, a mi entender, lo más abarcadora posible; algo que no se ponga en uno u otro lado de la balanza, sino como un equilibrista que intenta caer a ambos lados a la vez. No es unidad y lucha de contrarios, como quería el marxismo, sino unidad indisoluble de complementarios, como dijo Hermes Trimegisto. El mal no es lo opuesto del bien, sino su complemento...

¿Por qué la recurrencia de las palabras fuga , nómada ?

El nómada se refiere a la ambivalencia entre la supuesta armonía que propone todo el concepto de civilización y la necesidad de movimiento como única voluntad del ser. Todo lo que es quietud muere de alguna manera. Si vas a la vida cuántica, te das cuenta de que todo está en movimiento, y en el macromundo es igual. El ser es consecuencia del movimiento, no al revés.

¿Entonces todo lo que entrañe quietud te parece pernicioso?

Mi nómada es un nómada utópico, que intenta habitar el corazón mismo de la paradoja, como decía Nietzche, o el camino del medio, como decía Buda. Un nómada en el que pasión y constancia no sean verdades excluyentes; que resuelva el problema de que cuando la casa y la familia te dan tranquilidad y armonía quieres pasión y desasosiego, y cuando vives en un mundo de nadie necesitas la seguridad y el calor del templo.

Los imperativos de la razón han estrechado la vida, han limitado las representaciones al sentido del orden. A veces el inconsciente tiene más acceso al fenómeno porque no intenta representarlo, no intenta darle una explicación, no apela al método de análisis, a la lectura.

¿Quiere eso decir que prefieres el inconsciente a la definición razonable?

Definir es siempre un conjuro negativo, decía [el escritor cubano José] Lezama Lima. Dejar la comprensión del universo a merced de la razón es como pensar que somos el vórtice de todo lo que es, cuando en realidad somos un grano de arena perdido en el desierto.

Por ejemplo, queremos conjurar la muerte con una terapia de mantenimiento artificial: si te duele algo, corre al médico y tómate una pastilla. La opción es entender el soma: hay un sufrimiento legítimo que debe ser padecido, porque nos enseña. Lo bueno se vive y se disfruta y punto. Lo que nos exige responsabilidad, superación, crecimiento, es la avería, el error, el dolor.

¿Cómo se reproduce todo eso en tu obra?

Mi obra es reflejo de lo que vivo, de lo que siento, de lo que padezco, pero es un momento, no el todo. Si me preguntas si creo que soy pintor te digo que no; músico, tampoco. No utilizo la música ni la pintura como finalidad. Me siento más bien como un comunicador; alguien que intenta pensar una idea y luego, sin dejarse esclavizar por ella, se mueve libremente. Mi obra se identifica con lo que pienso encontrando un modo de hacerla que no sea un fin en sí mismo. El exceso de expectativas es una dificultad a la hora de enfrentar las frustraciones.

JOSE ANTONIO EVORA - El Nuevo Herald



7 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué suerte qué el tal Adrián vive en Barcelona....
La entrevista es..fantástica..dice tantas cosas interesantes;qué voy a ir corriendo ahora mismo a comprar un Cd de Adrián..si es que no se han agotados!

Anónimo dijo...

..si le preguntas a Adrián-me remito a la entrevista-no es un pintor,no es un músico,es un comunicador.
Coñoooooo..Viva la Comunicación..!

Anónimo dijo...

queridos cibernautas, descubran aqui al personaje...
Web oficial: www.adrianomada.com
My Space: http://es.myspace.com/adrianomada
Personal Blog. Textos teóricos, videos, cancionero y diatribas: http://www.conexioncubana.net/blogs/adrian_morales/
CurArte Project, Gallery In Line: http://curarte.es/

Anónimo dijo...

Magnífico y visionario!!! Leer esto después de tantos años y ver lo coherente que ha sido es asombroso.

Anónimo dijo...

Todavía se puede opinar?

Anónimo dijo...

Vas de coña no?

Anónimo dijo...

Si lo dice el mismo,hay qué creerle no es pintor, ni músico,estamos de acuerdo,eres un mediocre, qué no sabes ni dónde ubicarte