El miércoles murió en la Habana el fotógrafo Luis Hernández (El Plátano). En los 80 su figura fantasmagórica deambulaba por los conciertos de cuanto trovador asomaba en la Habana. Él los inmortalizó a todos, aún cuando la historia y la memoria los olvidó.
Una vez más Omar Mederos, nos envía sus vivencias para honrar a los que lo acompañaron en su sueño.
Una vez más Omar Mederos, nos envía sus vivencias para honrar a los que lo acompañaron en su sueño.
Cuenta Omar....
(...) lo recuerdo exigiéndome su entrada a la tribuna de la Plaza de la Revolución. Sí, la misma donde tantas veces hablara el Sr Fidel Castro, cuando organizamos aquel memorable concierto de la nueva trova en abril del 85. Era la primera vez que otros seres humanos, ajenos al máximo líder, se iban a dirigir a quienes colmaran la Plaza custodiada por el obelisco de Martí; y el Plátano, hacedor de imágenes de todos los que allí iban a cantar, me dio un escándalo porque tuve que pedir permiso a los del Partido para que pudiera hacer sus fotos en el escenario que en aquella tarde noche se transformó la tribuna de Fidel(...)Si Dios es bueno, como siempre imagino a Dios, seguramente ya lo tendrá haciendo viajes entre el paraíso y el infierno para que capte con su cámara rusa los cantares que por esos lugares se dejen escuchar(...)
(Parece ser que nunca ha sido grabada esta canción que Carlos dedicó al Plátano. Solo ha sido interpretada en vivo)
En un bolso viejo
se lleva la historia de cada función
no fue lo que quiso, echado en el piso
se le puede ver, sus zapatos rotos,
tirándonos fotos que nunca se ven.
Fue de los primeros
que usó el pelo largo sin saber porqué,
y, aunque vaya sucio, no tienen derecho
de mirarlo a menos, de sus sentimientos
la gente se burla de su corazón.
Somos en blanco y negro para él,
así nos va atrapando en su papel
y aunque todos se olviden de su ser,
el sin embargo, nos va colgando en su pared.
Piensan que está loco
porque siempre lleva la ropa de ayer,
se lo gasta todo, con su catalejo
navegando calles, caminando espejos,
buscando la suerte de algún trovador.
La suerte que él no tuvo
la guardó... en su bolso viejo.
se lleva la historia de cada función
no fue lo que quiso, echado en el piso
se le puede ver, sus zapatos rotos,
tirándonos fotos que nunca se ven.
Fue de los primeros
que usó el pelo largo sin saber porqué,
y, aunque vaya sucio, no tienen derecho
de mirarlo a menos, de sus sentimientos
la gente se burla de su corazón.
Somos en blanco y negro para él,
así nos va atrapando en su papel
y aunque todos se olviden de su ser,
el sin embargo, nos va colgando en su pared.
Piensan que está loco
porque siempre lleva la ropa de ayer,
se lo gasta todo, con su catalejo
navegando calles, caminando espejos,
buscando la suerte de algún trovador.
La suerte que él no tuvo
la guardó... en su bolso viejo.
1 comentario:
https://www.youtube.com/watch?v=6I3EaEg8src
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