domingo, 8 de junio de 2008

VIAJE A LA AFROCOLOMBIANIDAD de Lalita

Niños de la costa pacífica de Colombia

Cuando era muy joven y participaba con solamente 18 años en el Seminario de Etnología del Teatro Nacional de Cuba, dirigido por Argeliers León me fui adentrando poco a poco deslumbrada en la riqueza de las tradiciones de la diáspora africana. Las Américas Negras, ese clásico de Roger Bastide fue uno de mis libros favoritos en aquella época y de los más definitivos. Alí supe que no había negros solamente en el Caribe , sino que desde el norte al sur habíamos regado con sangre y sudor las cordilleras y costas de toda la América.
Sin embargo en Cuba siempre se nos han escamoteado esas entrañables para mí desde entonces, Américas Negras. Muchos latinoamericanos pasaron en decenas de años por nuestro país, pero muy pocos eran negros.
Se nos ofrecía una imagen de América Latina que se cree blanca (en realidad mestiza de blanco e indio) que denigra al indio y esconde al negro. Recuerdo el cinismo de un amigo argentino que se ufanaba de no descender de ninguno de los grandes imperios indios, ni de los africanos: “nosotros descendemos de los barcos”, afirmaba. Y una amiga uruguaya que no se preocupa demasiado por sus compatriotas afrodescendientes, quizá uno de los grupos negros más invisibilizados y se regodea en el estudio del Caribe.
Del 17 al 25 de mayo tuve la oportunidad de un viaje maravilloso a la Semana de la Afrocolombianidad. Los más de 11 millones que constituyen esa minoría celebraba su identidad, su historia y sus logros socioeconómicos como grupo en múltiples eventos en varias ciudades del país.
Leonor Mina, La entrañable Negra Grande de Colombia abrió con su voz que viene del valle del Cauca el concierto inaugural en la sala del Palacio de Bellas Artes de Bogotá. El archivo nacional se abrió a un enjundioso evento teórico y en Quibdó, la capital del Chocó se sintieron todavía las mejores tradiciones de rebeldía, lucha y cimarronaje Allí lesos hombres y mujeres conservan con orgullo sus apellidos traídos de África y conservados en los montes y selvas de ese territorio.

Inés María Martiatu. Desde La habana, 7 de junio 2008

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