Esta dicha únicamente la primera palabra. Seguramente faltarán nombres, fechas, actos, desagravios, reuniones, guarachas, triunfos, noches, madrugadas, frustraciones...
Omar Mederos, en la "paz" que le ofrecen los casi 20 años de distancia de todo lo que pasó, y en un ejercicio catártico, empezó a recordar para nosotros.
Roberto Zurbano, Jorge Luis Sánchez e Iddia Veitía desataron las respuestas.
Seguro faltan. Entonces les toca a ustedes hacer esas preguntas.
¿Como surgió la AHS?
A principios de 1985, Bruno Rodríguez Parrilla es nombrado Jefe del Departamento de Cultura del Comité Nacional de la UJC. Yo fui designado Vicejefe del mismo Departamento.
Como parte del entrenamiento para este cargo, viajé a Bulgaria para un intercambio de experiencias con la Juventud Dimitroviana. Se habló mucho de "Los Grupos Informales Juveniles", foco de atención de los Centros o Comisiones de Investigación de las Uniones de Jóvenes Comunistas de Europa y Cuba. Conmigo viajaron Vicente Feliú y Alberto Tosca, del Movimiento de la Nueva Trova que participaron en un Festival de Canción Protesta.
En Cuba, según estadísticas, se produjo ese año la primera graduación masiva de estudiantes de escuelas de arte. El movimiento de artistas aficionados en todos los sectores estaba en su clímax, -siendo jóvenes muchos de sus integrantes-, a partir del trabajo realizado durante años por los Instructores de arte, que estaban agrupados en la BRGG(Brigada Raúl Gómez García, de Instructores de arte y técnicos de la cultura)
De manera inmediata se hizo evidente la problemática del anquilosamiento de las Instituciones Culturales del país, que no aceptaban propuestas de los creadores emergentes y los recién graduados de las escuelas de arte.
Más tarde Fidel, en una jugada de estrategia política muy inteligente, se adelanta unos meses a la Perestroika rusa y llama al "Proceso de rectificación de errores y tendencias negativas" , que devino una amplia y esperanzadora discusión en todos los rincones de la isla.
En Casa de las Américas se reúne un pequeño grupo de jóvenes, que se autodenominan Espirogira (Un espiral que gira). Ellos hacen contacto conmigo.
Pretenden realizar un Festival en el Parque del Pre del Vedado sin la acostumbrada vigilancia de ninguna institución. Otras agrupaciones parecidas surgen en varios puntos de la isla como Santa Clara, Holguín y Granma.
Los principales dirigentes de la BRGG, BHS (Brigada Hermanos Saíz, de escritores y artistas jóvenes) y MNT (Movimiento de la Nueva Trova), eran para entonces creadores con renombre que no necesitaban ya de estas instituciones para la promoción de su obra, y en la práctica, no prestaban la necesaria atención a las nuevas oleadas de creadores que llegaban al panorama de la cultura artística con aspiraciones diferentes nacidas de sus propias circunstancias.
En una reunión de la "Comisión de Investigaciones Sociales de la UJC" con los Primeros Secretarios de todos los municipios del país, se trata el tema de los grupos informales. Carlos Aldana dirigió la reunión, junto a Roberto Robaina. Allí se acuerda dar un tratamiento político a este asunto y buscar fórmulas nuevas para la atención a los intelectuales y artistas jóvenes.
Meses después, propongo unificar en una sola institución, orgánicamente independiente y con amplias facultades de acción en el plano de la cultura artística, al MNT, BRGG, BHS.
La primera versión de estatutos para la nueva institución la redacté, con Osvaldo Díaz, cuadro que atendía la BRGG, ya fallecido, en su oficina de "La Corsita", (diminutivo de COR, Comisión de Orientación Revolucionaria del Partido) que era la Secretaría Ideológica de la UJC, cita en la calle Peñalver de Centro Habana.
Se revisa con Bruno Rodríguez y Raúl Castellanos Lage (Secretario Ideológico del Comité Nacional de la UJC) y se presenta al DOR del PCC.
En el aniversario de Palabras a los intelectuales en la Biblioteca Nacional, se hace pública la decisión de crear la nueva institución y comienza un proceso de información entre los intelectuales y artistas para desmantelar el MNT, la BRGG, la BHS y crear los cimientos que darían luz a la AHS en 1986, inicialmente llamada "Asociación de Jóvenes Creadores de la Cultura Artística", pero que, por razones de índole sentimental con los padres de los Hermanos Saíz, se decidió mantener el nombre que tenía la brigada de escritores y aristas jóvenes fundada por la UJC en la década del 60.
El término "Asociación", fue muy discutido y quedó finalmente para dar a entender que se trataba de una instancia nueva, sin antecedentes en la práctica de organizar a los creadores desde el triunfo de la Revolución.
El 17 y 18 de octubre de 1986 se realizó el acto oficial de constitución de la AHS en el Palacio de las Convenciones con la presencia de Armando Hart, Ministro de Cultura, Roberto Robaina, Primer Secretario Nacional de la UJC, Carlos Aldana, Jefe del Departamento de Cultura de CC del PCC y Abel Prieto, Presidente de la UNEAC.
A partir de entonces comenzó la organización de las Direcciones Provinciales y en los municipios de mayor concentración de intelectuales y artistas menores de 35 años.
La AHS, llegó a tener más de 10 mil miembros en algún momento del año 1989.
Los años que van entre esta fecha de fundación oficial y el año 1994 fueron de un ajetreo tal, que prácticamente vivíamos en La Casa del Joven Creador en San Pedro 262 entre Sol y Muralla, La Habana Vieja y en las provincias.
Se discutía mucho, con pasiones desbordadas en ocasiones. Los eventos se sucedían sin cesar en todas las manifestaciones. Se incorporaron los artesanos, los arquitectos, los culturólogos, estetas, productores y otros técnicos de la cultura en la categoría de Promotores, cosa inédita en este tipo de instituciones. Era un hervidero de creación y novedad la AHS, un espacio joven y polémico, repleto de dinamismo y vida, diverso y mágico donde las insuficiencias materiales de cualquier tipo siempre encontraban soluciones tan creativas que a veces nos sorprendíamos nosotros mismos.
Por supuesto que no faltaban los desacuerdos y encontronazos, sobre todo con el Partido, en menor medida con la UJC y casi siempre con la Seguridad del Estado.
Sería interminable nombrar cada uno de los eventos y personas que los hacían posibles, pero hay tres espacios que deseo recordar por su significado especial.
El primero, Las Muestras de Cine Joven, organizadas desde el taller de cine del ICAIC, bajo la dirección de Jorge Luís Sánchez, donde muchos se inspiraron para editar imágenes en movimiento y donde también muchos aprendieron los diferentes oficios de la producción de la cultura artística con el rigor necesario para realizar eventos complejos desde todos los puntos de vista. Aquí la ética y el compromiso eran principios inviolables y para defenderlos tuvimos que aprender a sostener con firmeza nuestros criterios de selección y programación, a la hora de enfrentar la andanada de argumentos que tras bambalinas nos llegaban desde la Seguridad del Estado sobre todo, a veces convertidos en amenazas de impedir la exhibición de los trabajos.
El segundo, un juego de pelota que organizaron los artistas plásticos en el Estadio José Antonio Echevarría del Vedado, una vez que se cerraron los espacios de Arte Calle y otros vinculados a esa manifestación.
Este evento fue convocado por un cartel que, si no recuerdo mal, tenía un texto que decía algo así como: “A jugar pelota. Lo que le gusta al comandante!”
Fue muy simpático aquel juego de béisbol con artistas que ni bateaban ni lanzaban y gradas con tantos jóvenes vestidos en la onda de la contra cultura, aclamando las chuscas jugadas de los improvisados deportistas.
Creo que fue un escarmiento para los que desde el poder no entendían que los intelectuales y artistas de la llamada generación de los 80, necesitaban espacios para expresarse y que su crítica no iba en camino de ofender, ni de perturbar, ni de estrangular la revolución, sino todo lo contrario: participar, opinar, debatir, llegar a consensos y vivir mejor.
La evidente ironía del hecho, a mi juicio, marcó un antes y un después en la conciencia de muchos.
Y finalmente, El Bartolo, que reunía en La Casa del Joven Creador a artistas e intelectuales de todas las manifestaciones y tendencias con diletantes y fans para bailar desenfrenadamente hasta la mañana, desde la media noche, cuando la voz de Benny Moré convocaba a la “gozancia” con un bolero de Pablo Cairo: “A media noche empieza la vida, a media noche empieza el amor…” Siempre tuve la sensación de estar en el paraíso cuando comenzaba cada edición de El Bartolo.
Creo que fue uno de los primeros espacios públicos donde la gente se “zafó el moño” sin importar otra cosa que el disfrute de la vida.
Conste que no se trataba de una bacanal. Allí se podía lanzar el último número del Caimán Barbudo, conversar con Juan Formell en La Mesa de Raúl, escuchar a los cantautores del proyecto Te doy otra canción y al momento, desencadenarse una coreografía colectiva con una banda sonora que incluía desde La chica yeyé, cantada por Rosita Fornés, hasta el último hit prohibido en la radio de Willy Chirino.
En ese momento afiancé dos buenos principios:
La diversidad toda y no una parte de ella, que ya había repetido una y otra vez en cada una de las interminables reuniones donde se enfrentaban estéticas diferentes, y unos versos del entrañable Blado Zamora:
Me duelen
Los que no cantan
Por temor a estar desafinados
Y los obedientes de su traje
Me duelen
Los que no son
En su alboroto
Nada.
Claro que sí. La hija de Jesús Menéndez que era profesora de Aldito y compañía, los reunía en su casa y allá me fui a conversar con ellos y organizamos las primeras cosas, cuando la Seguridad del Estado les temía como si fueran diablos… Después de la reunión con Fidel que fue el día de la batalla de Cuito Canavale (buena referencia porque ahora no recuerdo la fecha), empezó el lío de G y 23 con Juanci, Crespo y otro gordito del que no recuerdo el nombre.
Aunque primero, por su cuenta, -después de la reunión con Fidel que ellos creyeron, como allí se dejo ver, que la cosa iba a ser de verdad, a todo dar en el aspecto de las libertades de creación-, organizaron una expo en tendederas en el parqueo de Coppelia.
Vino la policía, se los llevo presos y Oscarito, que era el Ideológico de la UJC en Ciudad de la Habana, la AHS de la ciudad y nosotros, nos metimos en el lío y acordamos que expusieran en G y 23, y allí se formo la gorda. Pasamos entonces a la Plaza de los Cabezones de la Universidad de la Habana y se le dió la estocada final a este proyecto que se llamó Van Goth.
¿Aquello que tú entendías como el Pensamiento AHS, ¿existió alguna vez o fue un arranque utópico?, en caso de que haya existido, ¿qué queda en la cabeza del Omar de aquella idea o aquella ilusión?
Me explico: En la AHS, por azar obligatorio, coincidieron la mayoría de las mentes más lúcidas de la llamada generación de intelectuales y artistas de los 80.
Eran muchachos con una sólida formación profesional e intelectual, muy leídos y escribidos, diría mi madre, que fueron sorprendidos cuando, al decir de Carlos Varela, quisieron ponerle al padre la manzana en la cabeza.
Yo juro que ellos estaban convencidos que el padre no pondría reparos, pero ya se sabe, el padre dijo que temía por lo que iba a suceder si el tiro no era certero y los muchachos entonces se pusieron a pensar. Así se percataron que estaban en una encrucijada y que debían encontrar fórmulas para salir de esta. Discutieron entre ellos y con las generaciones que los antecedieron, y llegaron a la conclusión que había contradicciones de fondo en el quehacer de la política, la ideología y todo lo que se movía en la sociedad cubana de entonces. Descubrieron que no sólo eran contradicciones sencillas, sino asuntos trascendentes como el hecho de hacer caso omiso de la inmanencia de la cultura, o desconocer olímpicamente la dialéctica, piedra angular de la filosofía marxista. No era fácil aplicar aquella letanía de que la crítica y la autocrítica debía ser el pan nuestro de cada día. Entonces nació un pensamiento de grupo, casi generacional que, por primera vez en la historia de la Revolución proclamó, en el ámbito de la cultura artística, la idea de la continuidad, en lugar del relevo.
Que yo recuerde, ese concepto, sólo se había expuesto en la teoría presentada por Fidel en el Centenario de La Demajagua.Era la idea de la Revolución como un proceso único desde el 10 de octubre de 1868 hasta la revoluciona del 59.
Después vino la era de los relevos.
La generación de la AHS exigió su derecho al error, entre otras cuestiones de fondo que se recogieron en un documento conocido como El fruto dulce, en alusión a una frase de Fidel durante el encuentro que sostuvo con la Asociación en el Palacio de las Convenciones. Ojalá y apareciera algún ejemplar o que alguien guardara la grabación de ese encuentro para que se viera que si había un pensamiento AHS que intentaba, desde las posiciones de la Revolución, reformas que garantizaran la aplicación de aquel pedido de Martí, recogido en la Constitución Socialista, pero de muchas y muy diversas maneras incumplido:"Yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto a la dignidad plena del hombre".
En la cabeza de nadie, al menos al principio, estaba tumbar la Revolución, ni a Fidel.La cosa era tener voz y posibilidades de hacer las cosas de otras maneras, con Fidel y con la Revolución.
Los últimos acontecimientos en Cuba con el gobierno dirigido por Raúl, me suman al grupo de los optimistas vigilantes, que un cineasta proclamó hace poco en Gibara.
Hay algo de ese pensamiento AHS en las medidas propuestas: Libertad de viajar, es decir, el hecho de dejar en manos de los países a donde el cubano quiera ir, la posibilidad de permitir o no el viaje, sin que para nada medien las autoridades nacionales para otra cosa que no sea extender un pasaporte, salvo en casos de algunos profesionales, que siempre deben ser temporales.La descentralización de un montón de decisiones que lo traban todo si se hacen centralmente y otras.
Y esto es lo que queda en la cabeza de Omar.
Ya no habrá más chancees. Creo que esta es una oportunidad de excepción que tiene la dirección del país para que el pueblo cubano retome el camino de la Revolución, porque a mi juicio, ese camino es necesario retomarlo.
En más de una ocasión he pensado que, o se había perdido o estaba tan enyerbado que costaría mucho trabajo desbrozarlo.
¿Qué es la pisinguilla?
No, decíamos masinguilla, que significaba jodedera o persistencia, según se aplicara.
Por ejemplo, decíamos que era una tremenda masinguilla ir al Partido a explicarle a Machado Ventura, este o aquel evento por el hecho de que alguien en un pueblo se le antojaba mandar un Informe y decir que los muchachos de la AHS estaban presentando cosas en contra de la Revolución, porque se quitaran la camisa en un concierto de rock, o porque el tema de una obra de teatro manifestara una opinión diferente a la oficial, acerca de la presencia de tropas cubanas en Angola.
Pero también había que caerle con la masinguilla al MINCULT, para que accediera a dar los recursos de este o aquel evento, que queríamos hacer.
¿La AHS se concibió en algún momento como un laboratorio social?
Bueno, eso confesó Aldana en más de una ocasión.Y no creo que haya sido un invento de él.
En los días de la perestroika, que fueron diferentes a los días del Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias negativas, se pensaron algunas variantes para circunstancias diferentes que podían presentarse con una inminente caída del campo socialista, y la AHS al menos en una de estas, habría de ser el laboratorio de métodos democráticos menos cercanos a las tradiciones del socialismo.
En la AHS se aplicaba a rajatabla aquello de discutir las cosas hasta que todos lo dijeran todo y después adoptar la política que decidiera la mayoría, casi siempre sin muchos manejos detrás de bambalinas y sin precandidaturas. Eso se impuso desde el día de su constitución cuando un grupo de delegados imputaron una parte de la candidatura para la Dirección Nacional de la Institución, prevista por el PCC, la UJC y el MINCULT y hubo que parar la sesión plenaria para arreglarla, con atención a lo que ese grupo de delegados pedían. Yo no recuerdo un hecho igual en toda la historia de las organizaciones revolucionarias, al menos hasta ese momento.
¿Cómo se han portado, con el paso de los años, aquellos tantos trovadores y artistas que tú buen olfato descubrió, primero y, protegió, después?
Pues en general se han portado como seres humanos y en la mayoría de los casos se han portado como intelectuales y artistas de su tiempo. Han hecho su obra a pesar de tantos pesares y eso es lo más importantes. En el plano personal he recibido muchas muestras de simpatía que van desde, dedicarme sus premios públicamente, hasta brindar por mi cuando se juntan después de un tiempo sin verse.
Agradezco infinitamente esos gestos, sobre todo porque me complace que mantengan ese tipo de sentimientos que convierte a los hombres en gigantes y a los intelectuales y artistas, en intelectuales y artistas de valores éticos de significación.
Debo decir que creo firmemente en el hecho de que lo más importante para que un artista triunfe, lo que significa un reconocimiento de su obra por la mayor cantidad posible de personas, es el talento. Pero sería una falsa modestia dejar a un lado el papel de los promotores, los productores y todos los oficios que se vinculan al mundo de la cultura artística.
Por eso, acepto con emoción esos gestos, pues tuve el privilegio, junto a un magnífico equipo de personas sensibles e inteligentes, de apoyar los inicios de intelectuales y artistas valiosos, que en la mayoría de los casos, ni ellos mismos lo saben.
Eso me encanta, creo que allí radica una gran parte de la magia de ese trabajo que realizamos quienes éramos facilitadores para el desenvolvimiento de los talentos.
No creo que existan muchas emociones que se equiparen con aquella que uno siente cuando una producción es exitosa y un artista, es reconocido en la calle por su obra y sabes que allí estuvo también tu aporte. La parte de atrás de los escenarios, tiene muchos encantos, y uno de ellos es no cargar el peso de la fama que es tan difícil de llevar y puede convertirse en un fardo muy pesado.
¿Que cosa fue la Batalla de Santa Clara?
La Batalla de Santa Clara fue un suceso muy triste para la AHS.
Sucedió en el año 91, no recuerdo la fecha exacta. Ocurrió durante una reunión del Consejo Nacional de la AHS. Fue una trampa, una provocación muy bien armada por todos " los factores", pero cuya cabeza ejecutante fue Roxana Pollo, para entonces jefa del Departamento de Cultura del Comité Nacional de la UJC. Creo que ahora vive en Miami.
Se aprovecharon de algunos descontentos que tenía Alexis Triana quien comenzaba su trabajo en Holguín y sin que él mismo se percatara, lo usaron para comenzar una política de dispersión que duró unos cuantos meses.
Yo estaba fuera de la jugada, al menos oficialmente. Ya pesaba sobre mi cabeza una condena de 5 años de privación de libertad que estaba apelando. Quedaba provocar la renuncia de Jorge Luis Sánchez, entonces el presidente de la AHS, de Víctor Rodríguez, que se mantenía en el Ejecutivo Nacional, a pesar de haber dejado la Presidencia mucho antes. Después de él vino un triumbirato con Eloísa Carreras, Jorge Luis Sánchez y Bladimir Zamora, que duró bastante poco, y en un momento determinado se quedó Jorge Luis y algún otro nombre de los fundadores, que no soportaron la andanada de injurias y verdades a medias con las que fueron bombardeados por Alexis y los presidentes de la Asociación de Santa Clara y Ciego de Ávila si no me falla la memoria, y renunciaron. De inmediato Roxana hizo una intervención, tomó la Presidencia de la AHS en nombre de la UJC y propuso a Fernando Rojas para Presidente. Todo estaba fríamente calculado.
A partir de ese momento, la AHS perdía su autonomía y quedaba, como antes las Brigadas, en manos de la UJC. No obstante, Fernando Rojas supo continuar ciertas políticas de las etapas anteriores y con inteligencia y mucho trabajo logró evidenciar menos, lo que acabo de decir y que fue textualmente anunciado por Roxana Pollo en lo que algunos llamamos La Intervención de la AHS.
¿A que llamas, diáspora de los 90? ¿Esto fue algo conscientemente llevado a cabo, QUE SE VAYAN ASI NO MOLESTAN o pura coincidencia?
La diáspora fue el título de un documental de Jorge Luis Sánchez que estuvimos a punto de realizar en caracas en el año 1995, creo. Hubiera sido magnífico porque ahora podría remitirte a él para que explicara por mi esta pregunta, pero no se hizo el documental y las palabras que allí se pudieron recoger de los artistas e intelectuales que habían partido, nunca se grabaron, de manera que debo entonces exponer mis conjeturas, eso si, basadas en hechos reales.
Justamente el otro día, la amiga Odette Alonso Yodú publicó en su blog una reflexión muy interesante donde más o menos decía que el juicio que me siguieron en el año 91, poco antes de la batalla de Santa Clara, marca un antes y un después en la AHS, refiriéndose, intuí yo, a la voluntad política, de ir quitando de en medio a todo aquel que fuera un problema en las nuevas y duras, muy duras circunstancias del Período Especial.
Ya Aldana había solicitado a los periodistas un voto de confianza en la dirección de la Revolución, y que se pararan los ejercicios de crítica social en cualquiera de sus modalidades. Era impensable que se permitieran voces "rebeldes" en momentos que la gente del poder consideraba extremas y delicadas. Otra vez era ocasión para el sonsonete de la misma y única voz, la de siempre, con o sin razón y creo que hubo un razonamiento sencillo: sería también un problema que esas voces tuvieran que ser silenciadas a la fuerza.
Por otra parte, no había tiempo para convencer, porque de antemano se sabía que los otros querían salvar el momento por un camino diferente, o acaso, ¿no había sido suficiente la desbocada que nos dimos todos apenas unos años antes, durante las discusiones del proceso de rectificación de errores y tendencias negativas?
La mayoría de los más combativos se fueron con su música a otra parte. No importaba si la Carta de Invitación fuera falsa a todas luces. Era mejor que se fueran. Si tuviéramos estadísticas, a nadie le cabría duda de que ocurrió una diáspora de intelectuales y artistas jóvenes, a partir de 1990.
¿No te parece significativo que el último congreso de la UNEAC, todos esos jóvenes de esa generación tan efervescente, no tuvieron ni voz ni voto? ¿La historia les paso vareta? ¿Lograron silenciarlos? O, y a propósito de la Diáspora de los 90, es que sospechosamente casi todos están "afuera" y es aquí donde SI tienen voz y voto, donde son reconocidos y donde llevan la voz cantante de todo el pensamiento, y el quehacer artístico y literario que de Cuba se hace. Digamos, que son la cultura cubana en el exilio
Si, la historia les, nos pasó vareta. Caímos en la trampa y no se presentó batalla. Por supuesto que no era fácil lo que ya se vivía y mucho menos lo que vino después y tampoco existía el espacio que arropara sin los riesgos de la machucadera (si quieres puedes leer cárcel en esta palabra).
No creo que haya una cultura cubana en el exilio.
La cultura cubana, por más que tratemos de ver musarañas, es la Cultura Cubana en donde quiera que esté. Otra cosa sería decir que hay artistas e intelectuales que producen sus obras en el exilio.
Son cosas diferentes y creo muy importante tener clara esa diferencia porque cuando dividimos la cultura cubana siempre le estamos haciendo el juego a las peores políticas de los del poder interno y externo.
2 comentarios:
Guaooooooooooooo, a pesar de tantas y tantas noches reunidos contando siempre las mismas historias, ahora que las leo así como las cuentas en esta entevista, extraño a mucha gente que me has hecho recordar y ya sabes mi pensamiento recurrente con aquella serie argentina, que sigo mencionando como si un día todos pudiéramos protagonizarla ya sabes que hablo de "Éramos tan jóvenes" y reunirnos todos un día en le malecón y contarnos las historias que ocurrieron a partir de que terminó aquella otra.
Me gustó mucho la entrevista.
Gracias a Omar y Latinamericalandya. Gracias también a Odette por invitarme desde su parque a que me acercara hasta este otro lado del mundo.
Omar, algún día volveremos todos a ese estupendo palacete de la Habana Vieja y celebraremos hasta que la memoria desaparezca, toda la energía que nos dejó ese espacio.
Un abrazo desde Madrid.
Lázaro.
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