No estoy de acuerdo con Marcelo Birmajer en Libertad Digital.Vargas Llosa no busca el Nobel comparando a los israelíes con los nazis. Ojalá. Entonces el novelista-ensayista estaría simplemente poniendo sus intereses por delante de sus verdaderas creencias. Lo malo es que seguramente Vargas Llosa realmente lo piensa.
La equiparación entre los nazis y los israelíes a propósito de Gaza se está extendiendo como un reguero. Acabo de contemplar un mural en una exposición "sobre la paz", destinada a la concienciación de estudiantes de secundaria en un instituto público, en los que se establece dicho paralelismo, oponiendo fotografías de soldados nazis matando judíos y de soldados israelíes matando palestinos (intercaladas con el poema Moscas verdes del poeta palestinoMahmud Darwish)
Por otro lado, a los que aventuran escépticas argumentaciones contra la hipótesis catastrofista del calentamiento global los denominan "negacionistas", un término acuñado como moneda de uso común para denominar a los que como David Irving niegan la Shoah. Lo que, por un lado, eleva la crítica respecto a los escépticos, hacia los que sepromueve un apartheid galáctico, y, por otro, se rebaja la gravedad de las tesis irvingnianas.
En general, se está produciendo un rearme moral del antisemitismo, para lo que es necesario una devaluación del genocidio perpretado por los nazis contra los judíos. No pretendo que ello opere de una forma consciente y activa por parte de Vargas Llosa, pero sí me parece revelador que en alguien de su categoría intelectual y moral haya caído en la trampa conceptual.
La crítica a las actuaciones del Estado de Israel es legítima. y de hecho sus críticos más agudos son también judíos e isralíes. Pero su equiparación con la Alemania de Hitler no es sólo una calumnia, es una inexactitud.
PD. Afortunadamente, el Vaticano procurando como siempre siempre la concordia entre gentiles y judíos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario