miércoles, 28 de mayo de 2008

DESDE LA DECENTE DISIDENCIA SEXUAL


¿La hora de la diferencia?

Julio Mitjans, desde la habana Cuba, mayo 2008

En medio de un panorama social complejo, lleno de matices, con una herencia machista que se torna atávica, el diez y nueve de mayo se convoca en Cuba al día mundial contra la homofobia.

Cualquiera pudiera pensar que estamos a un paso de hacer nuestra sociedad más inclusiva, más justa, menos discriminatoria, pero como bien dejó entender Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular en entrevista televisiva: no es cuestión de legislar por legislar.

Y digo yo: los prejuicios son más fuertes que cualquier disposición legal, tienen una cualidad simbólica, que identifica a grupos humanos, también, o, sobre todo mediatizan los valores que el ciudadano reconoce como su posición ética.

Y si hablamos de homosexualismo a todo esto hay que agregarle una fuerte carga emotiva. Las categorías antes mencionadas, (simbólica, valorativa, emotiva), se escapan por sí solas de la esfera jurídica, pues tienen su radio de acción específico en el individuo, se trasmiten como bienes del patrimonio individual hacia el interior de las familias desde siempre.

El machismo es una expresión cultural y psicológica del cubano, no por ello ajeno al cambio. Sólo que este cambio es un camino que ha de emprenderse desde el ciudadano mismo. Él es quien debe aprender a vivir con la diferencia, no la ley. La legislación ha ser un resultado de la necesidad de todos, no de un grupo, pues sino estaremos a las puertas de un ghetto mental. Por ello, ha de ser un proceso lento como lo ha sido en su momento la abolición de la esclavitud, que entre reformas y avances fue un proceso que duró diez y nueve años, desde el día en que se promulgó la ley de vientres libres.

Los sociólogos y los psicólogos cubanos han señalado que la familia cubana se ha diversificado en los últimos veinte años. No solo el divorcio ha hecho cambiar su configuración, si no las nuevas formas de conformarse.

Irrumpen cada día con más fuerza familias conformadas por personas de un mismo sexo. Tal vez esta sería una vía para la soñada aspiración: analizar el rol que cumplen en la comunidad los homosexuales; como los ven sus coterráneos, como se ven ellos en este escenario que forma parte de su cotidianidad.

Un estudio serio y particularizado, sería una buena brújula, en el funcionamiento de nuestra sociedad. Y digo particularizado, porque todas las regiones del país no son iguales, ni reaccionan de igual manera ante el acontecimiento.

Cuba no ha sido un escenario propicio para las minorías sexuales.

Prueba de ello lo han sido la UMAP y la purificación que en milnovecientosochenta se llevó a cabo en todos los centros universitarios como consecuencia de la inmigración masiva de aquel año. Los homosexuales fueron también blanco de la euforia masiva que semejante acto de traición a la revolución provocó.

Luego esta práctica fue más solapada. Al finalizar los estudios preuniversitarios se hacía una asamblea de evaluación político moral,que ponía de relieve tu pertinencia para estudiar en al universidad. Si eras homosexual no tenías derecho.

También, el acoso policial a los homosexuales ha sido ininterrumpido a lo largo de estos años. Por el simple hecho de ser homosexual eras blanco de la detención policial, debías abandonar puestos de trabajo en sectores como la educación, denegado el acceso a puestos de dirección, imposibilitado de pertenecer a las fuerzas armadas, y a las organizaciones políticas. Solo casos aislados que lograban enmascarar su condición sexual, podían acceder a estos roles profesionales o de superación. O sea, la condición homosexual en Cuba ha estado signada también por el miedo, por el temor a la frustración profesional y la agresión al derecho ciudadano de transitar y reunirse en la calle.

Es cierto que en los últimos años hay una posición más desafiante por parte de los homosexuales cubanos. Pero lo que se ve, es la cresta de la ola.

Cuando he conversado con alguno de ellos, travestis, transexuales, u homosexuales, me percato de que, en ellos hay la huella de un daño continuado provocado por el rechazo. Y la única salida que han tenido para salvarse de ser anulados, ha sido convertir el centro de su vida en lo evidente de su condición. No se me interprete mal, yo digo que al que no quiere caldo tres tazas.

Hoy la comunidad homosexual es un valladar para sociedad cubana, pues no los puede desconocer y, no está preparada para asimilarlos sin traumas.

Nunca se me olvidará la reacción de los “heterosexuales” en el cine cuando proyectaban Brook Back Mountain. Cuando se percataron de que la situación no era mero sexo, sino un conflicto amoroso, en el que uno va a por todas y otro se retira hasta quedarse solo, y sin el amor; comenzaron a protestar, a rechazar aquello de dos hombres amándose.

Y de eso se trata, de convertir el amor también en patrimonio del individuo, que sea capaz de amar sin tapujos, sin miedos, sin frustración, sin discriminación.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La Hora de la diferencia?
Tal vez sería mejor decir:
"La hora de todos."
La Asamblea Cubana del Poder Popular,podrá legislar o des-gislar-como es costumbre-todo lo que quiera,pero los prejuicios están ahí,a la vuelta de cada esquina.
Y te lo digo por mi mismo,que soy un "tolerante heterosexual 100%",y qué tiene por uno de sus mejores amigos a un gay.Pero fíjate,que aún a mí-qué modestia y aparte,nada humano me es ajeno-aún yo,siempre hago esa "salvedad",cuándo me refiero a mi amistad con Eduardo-que así se llama mi amigo-
Habría que empezar por la religión,por la escuela,habría que revisar los mensajes televisivos,habría que urgar en la Teoría del Hombre Nuevo..habría qué..habría que remontarnos a la etapa de las cavernas.

No;no hay "decente disidencia sexual",porqué la diferencia sexual no es decente ni indecente:Es,y punto.!

Pero me imagino,y cómo estamos en un blog qué seguramente también se lee por allá,que sea un toque irónico..una coña..un dejadito caer.así cómo quién no quiere las cosas.
Ser homosexual y negro,en Cuba..ha sido y aún es, delito de lesa humanidad.Unas veces por tradición cultural-errónea-y otras por decreto oficial.Pero de eso no se escapan,ni las sociedades"más civilizadas del planeta"-me remito a los campos de concentración nazis,dónde fueron llevados no sólo judíos,sino también arios de pura cepa,y con "disedencias sexuales" iguales de las que hablas.
Recuerdo..recuerdo muy bién de lo que hablas,cuándo te refieres a la década del 80,y la persecución-entre otras-a los homosexuales,y las consabidas reuniones para entrar a la Universidad.Allí escuché de todo,de todo lo que pueden hablar unos adolescentes intoxicados de consignas.
Se cuestionó, hasta la música que cada quién escuchaba,así que ni te cuento sobre preferencias sexuales.
LA UNIVERSIDAD ES PARA LOS REVOLUCIONARIOS-recuerdas el lema?.Y ser revolucionario,era y es ser "hombre"-sexualmente hablando.
Claro,después de Fresa y Chocolate,al igual qué después del 11-S.el mundo cambió..
El tema dá para un simnúmero de opiniones,y está muy bién que lo hayas/an lanzado al espacio sideral,a la palestra.
Si te digo:"Con todos y para el bién de todos",resumiría mi sentir?

laveitia dijo...

...y claro que es decente su disidencia que casi siempre se vuelve indecente por su desprecio
No es la hora de todos, porque no es la hora de nadie. Hay quien trata de colocarse, y resistir...
Con todos? para el bien de todos? Claro que no querido mio por eso Mariela, que es la "grieta" construida del sistema,llama a la tolerancia e instaura un dia para que las mariposas en el alambre salgan a la luz. Si y solo si, estan debidamente autorizadas.

Anónimo dijo...

Es un juego de palabras,porqué cuándo se ha visto que el Estado Cubano considere decente a una disidencia.Y lo escribía,porque me dió la impresión qué diciendo:Mi manera de ser diferente-que en Cuba se entiende por disidencia- mi manera es decente..o sea,soy de perfil bajo.Pero coñooo..no me jodas.Eres o no?! y qué conste que lo dijo W.S
Coincido contigo,mi querido anónimo,en que Mariela Castro Espín,porqué gentes como ella si tienen nombres y apellidos,en que es la "grieta" construida..la imagen de "tiempos de reformas".
En fi,me sigo aferrando al Àpostol:"Con todos y para el bién de todos",porqué estamos hablando de la Patria..no sé..digo yo qué pasaba por aquí

laveitia dijo...

Cuidado que el apóstol es socorrido cuando se trata de aferrarse a algo. Por eso no hablo de patria, hablo de cosas. No me siento preparada para enfretarme con la patria aun cuando mi optimismo parezca necio a los Silvio
te dejo con una de las mejores frases de este discurso por todos y para el bien de todos

Para Cuba, que sufre, la primera palabra. De altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal, para levantarnos sobre ella(...)

Anónimo dijo...

sÍ,el Àpostol ha sido la tabla de salvación de muchos,pero me confundí al haber leído una entrevista que le hacían a una tal Veitia-eres la misma-y pensé qué la cosa iba de Patria,Redención y Optimismo..mucho optimismo.

laveitia dijo...

La cosa está en hallarlo a usted
el día menos pensado, en cualquier sitio,
casualmente, donde usted y yo
podamos ver a cuatro manos los alrededores.
La cosa está en lo improbable,
en lo difícil, en lo imposible.
La cosa ésta allí mismo, donde no debiera estar:
un paso más allá que el largo de las manos.

La cosa está en que un día
haya tiempo para todo:
para hablarnos sin apuros,
para compartir rocíos,
para ser fin de semana como si vivir
fuera tiempo libre, espacio para estar.
La cosa está en las cosas
que yo sé y que usted no sabe,
y en las cosas que usted sabe,
y yo no sé todavía,
y en los sueños que nos faltan para realizar
nuestros sueños, que son sueños de canción.

La cosa ésta en no enloquecer,
en no aceptar, en preguntar
para que sirven todos los juguetes
que nos han dado guerra desarmándolos y armándolos.
La cosa está en que no queda
remedio inteligente que no sea
usar las piezas que hay en los rompe-caminos,
e ir tirando por ahora, aunque más allá
persistamos en crear nuestra canción
con las piezas que queramos construir,
que serán igual.